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El diario, que cita fuentes cercanas al caso que no identifica, asegura que estas acciones se produjeron durante los últimos meses de la Administración de Trump, que dejó el cargo el pasado mes de enero.
Los fiscales de Manhattan estaban preparados para solicitar una orden de registro de las comunicaciones entre destacadas personalidades ucranianas y Giuliani, al que habían supuestamente ayudado a buscar elementos turbios sobre la familia del actual presidente, el demócrata Joe Biden.
Giuliani ha negado estas actuaciones, según el NYT, y su abogado, Robert J. Costello, rechazó el miércoles 10 de febrero comentar estas “especulaciones de los medios”.
Rudolph Giuliani ha sido una figura central en los dos juicios políticos contra el expresidente, primero trabajando en nombre del exmandatario en Ucrania, luego encabezando una campaña para revertir los resultados electorales y en la manifestación celebrada poco antes de que los partidarios de Trump asaltaran violentamente el Capitolio, recuerda el diario.
Los investigadores en Manhattan tuvieron que notificar previamente a los funcionarios del Departamento de Justicia en Washington, a quienes se les debe consultar sobre las órdenes de registro que involucran a abogados.
La orden que involucra a Giuliani fue particularmente delicada debido a su cliente más prominente: Trump, señala el rotativo.
Si bien los funcionarios de carrera del Departamento de Justicia en Washington apoyaron en gran medida la orden de registro, los altos funcionarios expresaron su preocupación por el hecho de que esta se emitiera demasiado cerca de la celebración de las elecciones presidenciales.
En los 60 días previos a una elección, el Departamento de Justicia generalmente trata de evitar iniciar investigaciones agresivas que podrían afectar al resultado de la votación, recuerda el rotativo.
Los fiscales de Manhattan señalaron a los funcionarios en Washington que inicialmente plantearon la idea en el verano, antes del límite de 60 días. Y después de las elecciones, celebradas en noviembre, los fiscales volvieron a intentarlo.
Pero incluso entonces, los políticos designados en el Departamento de Justicia de Trump, incluidos los funcionarios de la oficina del fiscal general adjunto en ese momento, no lo aprobaron, y señalaron que el entonces presidente todavía estaba impugnando los resultados de las elecciones en varios estados, un acción legal liderada por Giuliani.
Y aunque esos cargos políticos se mostraron escépticos de que hubiera suficiente evidencia para acusar a Giuliani, los funcionarios de carrera involucrados creían que había razones suficientes para pensar que la búsqueda arrojaría evidencias de un delito, lo que resultaba más que suficiente para obtener una orden judicial.
En última instancia, los altos funcionarios de Washington propusieron retrasar la decisión sobre la citación hasta que asumiera el gobierno Biden.
Los supuestos contactos de Giulani con altos cargos ucranianos para obtener información comprometida sobre Biden centraron el primer juicio político celebrado contra Trump hace más de un año.