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Análisis: “Los gobiernos de Centroamérica estarán mucho más monitoreados”
Exdiplomático mexicano hace un análisis de cómo se espera la política de EE. UU. hacia México y el Triángulo Norte de Centroamérica.
Imagen de la más reciente caravana formada en enero de este año. EE. UU. y México no tolerarán este tipo de migración, dice exdiplomático. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
El director ejecutivo de la organización América sin Muros, Bernardo Méndez Lugo, habló con Prensa Libre acerca de las expectativas que se tienen del Gobierno de EE. UU. con la llegada del presidente demócrata Joe Biden.
El exdiplomático que por 26 ocupó puestos importantes en embajadas y consulados de México en EE. UU. y Centroamérica cree que, a diferencia de la administración del expresidente Donald Trump, la potencia mundial mantendrá una mayor vigilancia del actuar de las naciones del Triángulo Norte.
Considera que, aunque las perspectivas en migración son positivas, la realidad es que la prioridad de Biden será la de regularizar a los migrantes que ya se encuentran en EE. UU. lo que significa que las fronteras del sur, tanto de ese país como de México continuarán “selladas” a la migración irregular.
¿Cuáles cree que serán las prioridades de EE. UU. con México y Centroamérica?
En cuanto a migración, tanto el gobierno de EE. UU. como el de México, no va a haber tolerancia a estos flujos irregulares de personas; es decir, ambas fronteras estarán selladas, la de EE. UU. para mexicanos y centroamericanos y lo mismo en la frontera sur de México. Puede haber algunas excepciones para personas que tengan un altísimo riesgo y que soliciten asilo, pero recordemos que, en el caso de EE. UU., históricamente ha aceptado a un 15% si mucho un 20% en los mejores años, de las personas solicitantes de asilo.
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Así, las prioridades de regularización migratoria serán los que ya están en EE. UU. de hecho, se ha señalado que serán quienes estaban en ese territorio hasta antes del 1 de enero de este año, también los jóvenes beneficiarios de Daca y la gente con TPS. No se va a tolerar esta migración para aquel que no tenga una visa, las caravanas no serán bienvenidas.
¿Y qué tan difícil o fácil es que el Gobierno de México otorgue una visa?
Desde el 2010 como recordarás todo aquel que tiene una visa de EE. UU. no necesita visa mexicana para entrar a México. Mi experiencia luego de estar en El Salvador durante tres años es que siempre ha habido una negativa de más del 90 por ciento a los solicitantes de visa de turista porque en muchos casos se presume que son personas que nada más obtienen la visa para acercarse a la frontera con EE. UU.
En cuanto a corrupción, EE. UU. ha dicho la lucha contra esta será su prioridad, ¿cómo analiza eso?
Esta prioridad no es solamente para Centroamérica, sino para México y otros países del mundo que tienen una estrecha relación con EE. UU. Gobiernos como el de Nicaragua, y hay también algunos foquitos rojos con —Nayib— Bukele, que no son transparentes, que tienen tendencias autoritarias, donde claramente se ve el tráfico de influencias desde el poder público, ahí pudiera haber un acotamiento —vigilancia, limitaciones— en las relaciones.
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Se espera que los gobiernos de Centroamérica estén mucho más monitoreados en cuanto a derechos humanos, corrupción, todos estos aspectos. Las ayudas y las inversiones del Gobierno de EE. UU. estarán muy sujetos a que estos países tengan políticas más transparentes, van a haber condicionamientos mayores de los que en su momento pudo haber con el presidente Donald Trump que era de una actitud más arbitraria, con la cual, incluso buscaba algún beneficio de tipo empresarial para algunos de sus proyectos en México y Centroamérica. Esa discrecionalidad se ha terminado.
¿Cómo se traducirá ese acotamiento que menciona?
Acotar quiere decir estar muy pendiente de cómo gobiernan en los países, cómo respetan las libertades civiles, significará una mayor vigilancia y presencia sobre situaciones que fueron omitidas en el pasado o que en algunos casos hubo complicidad con algunas autoridades de EE. UU. de no estar pendiente de situaciones muy importantes para la población. Acotar significa limitar las situaciones extremas, limitar ese poder que han tenido autoridades en estos países donde ha habido abusos.
¿Cree que los gobiernos de Centroamérica estén dispuestos a aceptar esos mensajes anticorrupción de EE. UU.?
Para ver la voluntad de los gobiernos hay que ver los perfiles de los gobernantes, aunque también la capacidad que tendrá EE. UU. para ejercer alguna presión. También en los congresos de estos países tendrá que haber un mayor balance para que los gobiernos cumplan con la transparencia en el manejo de recursos. Además, yo personalmente confío mucho en las organizaciones civiles, recuerde que muchas de estas tienen algún vínculo con EE. UU. y van a ser muy importantes para encontrar ese balance de poder.
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¿Cómo ve los proyectos que se han propuesto para reducir la migración como el Plan de Desarrollo Integral de la Cepal y México?
Algunos proyectos como el tren maya y otros regionales pueden incidir en Guatemala, pero dada la situación financiera y el poco crecimiento que se espera para México… eso no va a poder generar recursos, hay muchas empresas en quiebra por la pandemia en el sector turístico también, en EE. UU. En estos países se tienen que recuperar muchos empleos.
No creo que en el gobierno de Joe Biden haya posibilidades de que haga llamados a trabajadores extranjeros. Se tiene que concentrar mucho en las prioridades como la reactivación económica. Y en el caso de México pues también tiene sus prioridades.
¿Qué papel debe asumir México en esta era de la migración?
Yo creo que México está comprometido. Por un lado, está el programa del presidente Biden de apoyar el desarrollo económico, muy basado en la promoción de la inversión privada en el Triángulo Norte, creo que México lleva esta misma bandera de generar desarrollo económico que permita el arraigo de las poblaciones en sus lugares de origen y no tengan que migrar.
Los planes de desarrollo puede que lleven mucho tiempo. ¿Pueden los países tomar medidas urgentes para frenar la migración masiva?
Definitivamente, sí. No —deben—solamente depender de las propuestas de EE. UU. En el caso de Guatemala, se deben reactivar actividades en regiones indígenas pobres que son expulsoras de migrantes, así como encontrar recursos con algún tipo de reforma fiscal para —incluir a—grupos económicos que no pagan. Tienen que impulsar políticas urgentes obviamente de transparencia y combate a la corrupción. Como sabemos, en nuestros países hay una larga historia de usar el poder público para hacer negocios, y esto va a estar muy vigilado y la misma población debe ejercer un control, los medios tienen que combatir estas lagunas y hacer un esfuerzo propio, no estar pensando en que solo EE. UU. va a resolver los problemas, tiene que haber una gran iniciativa regional.
La solución pasa también, no solo por un manejo transparente de estos recursos, sino por una política muy favorable para la inversión privada de las microempresas y empresas familiares, hay que apostare a lo pequeño, aunque en la mente del presidente Biden también estarán las grandes corporaciones.
¿Hablando de propuestas, qué papel debería, tener, por ejemplo, el Sica?
Tiene que haber una gran iniciativa regional que tiene que canalizarse a través del Sica (Sistema de Integración Centroamericana), pero también del Parlacen (Parlamento Centroamericano). He escuchado críticas de académicos de Guatemala que este no debe ser un lugar de inmunidad para expresidentes o políticos. Debe de reactivarse y generar una manera de actuar más proactiva y que no funcione como un refugio de inmunidad para políticos corruptos. Además, organismos como la ONU con el PNUD y Unfpa, todos estos organismos tienen que reactivarse.