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La investigación involucra a tres actores: humanos, animales domésticos y zancudos, que suelen convivir dentro de los hogares. A ellos se les tomaran muestras de sangre que serán examinadas para establecer sí hay virus y bacterias que puedan ser contagiados de una especie a otra.
“Podremos encontrar agentes causantes de enfermedades que muchas veces no buscamos y con este tipo de estudios vamos a hallarlos. En Guatemala, por ejemplo, seguimos teniendo chinche picuda, pero hemos dejado de lado otros animales que conviven con nosotros y puede que nos estén enfermando o nos pueden afectar”, dice el médico Guillermo Antonio Bolaños, quien es el director del Centro de Desarrollo Humano -operado por FunSalud con el apoyo de Agroamérica- donde se desarrolla el estudio, y que se realiza con el apoyo técnico y la capacitación de científicos de la Universidad de Colorado en Estados Unidos.
La investigación lleva por nombre “Evaluación del riesgo de enfermedades transmitidas por vectores en una comunidad agrícola de Guatemala”, y tuvo un estudio piloto que se efectúo en 2019, del 19 de agosto al 12 de diciembre, entre un grupo reducido de personas de Los Encuentros y Chiquirines.
En esa ocasión se encontró en la sangre de los mosquitos 974 patógenos, algunos de ellos causantes de diarreas en las personas. Se observó que los zancudos picaron en un 42% a los humanos; un 21% a aves de corral (gallinas, chompipes y patos), un 8% otros mamíferos (perros, gatos, cerdos, caballos y vacas) y un 29% otros animales.
Investigación en marcha
Después de realizado el estudio piloto, ahora se desarrolla uno que abarca a más población. Participarán 520 personas y 120 animales domésticos que conviven en 40 hogares de las dos comunidades. Se recolectarán zancudos dentro de las viviendas para establecer los patógenos que pueden contagiar.
Las familias serán monitoreadas una vez por semana durante un año, y se vigilará si presentan alguna sintomatología como fiebre, artralgia (dolor de articulaciones) y sarpullido. Al presentar algún malestar podrán comunicarse con los investigadores para que lleguen a tomar las muestras de sangre para luego analizarlas.
De acuerdo con la investigadora Andrea Chacón, al igual que el humano los animales domésticos sufren enfermedades, muchas veces no tienen manifestaciones clínicas como sucede con las personas, y se desconoce aún si pueden ser transmitidas a los humanos a través de la picadura del zancudo, y con este estudio se podría establecer.
Un ejemplo que Bolaños menciona es la histoplasmosis, que es un hongo que vive en el intestino de las aves de corral, y en el murciélago. “En Guatemala se hizo cultivo de tierra desde el Oriente el país hasta Suchitepéquez y se encontró que el 96% de la tierra estaba infectado con histoplasma, en el animal no causa nada, pero en el humano puede provocar desde manchas en la piel, hasta problemas neurológicos, sobre todo en pacientes con sistema inmune comprometido”, indica.
Al analizar la sangre de los mosquitos se podría establecer relaciones entre las enfermedades que padecen los animales, como la histoplasmosis, y los humanos.
Para el desarrollo de este estudio se utilizarán métodos no convencionales. Las muestras de sangre de los humanos se recolectarán a través de una punción capilar -como se hace para medir la glucosa-, y se guardarán en unas tarjetas hechas de papel celulosa y algodón que contienen ciertas sustancias que la conservan e inactivan cualquier patógeno o enfermedad que contenga, para posteriormente ser evaluada.
A las tarjetas se les coloca ácido ribonucleico later (ARN), el cual permite conservar las muestras por más tiempo y que sean trasladadas de las comunidades hacia el laboratorio, donde son almacenadas a temperaturas de -80 grados, para luego procesarlas.
Las muestras en animales se hacen de manera convencional, se les extrae sangre venosa, y el proceso lo realiza un grupo de veterinarios.
La recolección de los zancudos se hace con una especie de aspiradora, llamada insectozuca, que permite guardar los mosquitos vivos para luego congelarlos y evaluarlos en un estereoscopio con el fin de identificar qué tipo de zancudo es el que circula en las comunidades.
“Algunos virus puede vivir en el zancudo -hasta el momento conocemos el dengue, chikunguya y malaria-, y lo pueden transmitir al humano, pero este estudio nos va a decir si que hay otro agentes causales de enfermedades que puedan vivir en el mosquito, y la familia a la que pertenece este insecto”,
El Aedes Aegypti, por ejemplo, es responsable de contagiar el dengue, que el año pasado infectó a 5 mil 983 personas. También transmite el chikungunya, del que se reportaron 45 casos. Zika es otra enfermedad, y los contagios fueron 22. Las cifras son menores a las del 2019, debido a que la pandemia del covid-19 dificultó a las áreas de salud reportar los casos atendidos.
“Lo que se pretende en un futuro es que únicamente analizando la muestra de sangre de los zancudos se pueda detectar qué tipo de enfermedades hay en la comunidad, sin la necesidad de toma de muestra de sangre en los humanos”, refirió la investigadora.
Según Bolaños, la investigación cuenta con el apoyo de la Universidad de Colorado, el comité consultivo comunitario y la autorización del Ministerio de Salud.