Estas denuncian contrastan con lo que está ocurriendo en las rutas que van al Sur del país, pues allí los pilotos dicen que no hay muchos pasajeros y las unidades deben esperar mucho tiempo detenidas para lograr juntar unos 15 pasajeros.
Los usuarios mencionaron que las unidades colectivas deberían funcionar al 50% de sus capacidades, pero la realidad es que los pilotos y ayudantes las sobrecargan, lo que contraviene las disposiciones del gobierno para evitar contagios de coronavirus.
Los empresarios tampoco están cumpliendo con la señalización de las unidades para que los pasajeros sepan en qué sillón pueden o no sentarse y tampoco con aplicar gel o tomar la temperatura al ingresar a los buses.
Agregaron que aunado a esto, las tarifas que están cobrando no son las autorizadas, sobre todo ahora que está cerca la Semana Santa, e incluso los ayudantes y pilotos amenazas a quienes se niegan a pagar lo que ellos cobran a su antojo.
La 41 calle de la zona 8 de la capital y en cercanías a El Trébol se han convertido en la terminal de las unidades que se dirigen a lugares como San Marcos, Sololá Chimaltenango, Quetzaltenango o Huehuetenango, y a diferencia de la semana santa de 2020 esta vez están habilitadas para funcionar y prevén que puedan recuperar parte de las pérdidas que han tenido en los meses en los cuales no pudieron circular
A la orilla de la calle hay estacionados más de 30 buses esperando su turno para cargar pasajeros, que van a diversos municipios.
Durante el recorrido que hizo Prensa Libre se comprobó que en muchos buses no se toma la temperatura y otros al notar la presencia de cámaras empezaron a hacerlo, aunque algunos termómetros no tenían baterías.
Muchos ayudantes y pilotos tampoco están cumpliendo con desinfectar las unidades luego de concluir un viaje y previo a que más gente suba para su nuevo turno.
Un pasajero que se dirigía a Santa Clara La Laguna, Sololá, comentó que la mayoría de unidades extraurbanas en las que él viaja van con aforos mucho más altos de los que permiten las autoridades y que en la mayoría se incumplen las medidas de bioseguridad lo que es un riesgo para todos.
Dijo que el pasaje hacia ese departamento estaba a Q25, pero ahora por el covid-19 le subieron a Q50; sin embargo, los pilotos y ayudantes están cobrando Q60 y Q70.
Señaló que los ayudantes les dicen a las personas que deben pagar ese monto y que si no quieren que se bajen de la unidad.
Añadió que incluso a veces los ayudantes usan machetes para bajar a las personas que reclaman por la sobrecarga o por las tarifas excesivas. “Lo que están haciendo es humillando a la gente”, mencionó.
Sin apoyo
El entrevistado dijo que es lamentable que el Gobierno y sus instituciones no hagan algo para frenar este abuso, si saben que los transportistas no están cumpliendo con los protocolos de bioseguridad ni con las tarifas autorizadas.
“Nadie hace nada para controlar en las carreteras que todo se esté realizando dentro del marco de la Ley. ¿Dónde están las autoridades?”, criticó.
Además, se quejó que cuando los usuarios han tratado de denunciar los abusos de los pilotos y ayudantes, las autoridades no les prestan atención.
Otro pasajero originario de Totonicapán, expresó que se ven en la necesidad de usar transporte público para desplazarse a sus departamentos.
Dijo que es importante que el valor de pasaje se normalice porque sale muy caro viajar con la tarifa actual.
Expresó que viajan a ese departamento a pasar la Semana Santa en familia, pero que es caro cubrir el pasaje con las tarifas altas.
“Si cumplimos con los protocolos”
Un piloto de una unidad que se dirigía a San Marcos, quien pidió el anonimato, dijo que sí están cumpliendo con las medidas de seguridad y los protocolos que mandan las autoridades.
Aseveró que se toma la temperatura a los pasajeros, se les aplica gel y se verifica el uso correcto de mascarilla.
Dijeron que por la cercanía de la Semana Santa se ha visto un considerable aumento de pasajeros que desde ya están viajando al interior del país.
Sin muchos pasajeros hacia el Sur
Contrario a lo que ocurre en las rutas para el Occidente, en el Centra Sur la cantidad de pasajeros no es tan grande, todavía.
Uno de los pilotos comento que en años anteriores, antes de Semana Santa, los buses se llenaban en menos de 15 minutos, en días previos como este, pero ahora pasan hasta 40 minutos o 1 hora para que suban unos 15.
Expresó que mucha gente tiene miedo de viajar por el coronavirus y por eso muchos transportistas siguen sufriendo con tener pocos ingresos.
Las unidades que más gente tenían eran las que se dirigían a Mazatenango, Retalhuleu y sur de Quetzaltenango.
En esos lugares se apreciaron colas para subir a los buses, por el distanciamiento social, pero no las aglomeraciones de años previos a la pandemia.
Una usuaria, quien no proporcionó su nombre, expresó que viaja a Suchitepéquez junto a sus hijos para pasar la Semana Santa con ellos.
Dijo que es complicado ir con niños pequeños, porque hay que controlar que no se quiten la mascarilla o que estén tocando cosas. Además, tienen que ir en sillones distintos.
22 inspectores para 24 mil buses
Héctor Ramírez, vocero de la Dirección General de Transporte (DGT), informó que actualmente la institución cuenta con 22 inspectores para supervisar más de 24 mil buses extraurbanos que se dirigen a todo el país.
Refirió que este personal, más otros administrativos, se sumarán a los puestos de control y registro de las autoridades para tener más presencia en las carreteras, principalmente las más turísticas.
Añadió que dentro de los operativos se verificará que las unidades estén registradas en la DGT, que tengan papeles en orden, póliza de seguro vigente, tarjeta de operación y registro para pilotos.
También verificarán que se cumpla con las medidas de bioseguridad y los aforos establecidos para los municipios que están en alerta roja y naranja, que es de 50%, los que están en amarillo, 75% y los que están en verde el 100%.
Trabajan de la mano con Provial y la Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil para abarcar más áreas.
Dijo que en estas fechas los inspectores llegan a las 4 horas a las principales terminales de la capital y luego el personal se traslada a los puestos de control y puestos de registro de las carreteras.
En lo que va del año han realizado 350 operativos y se han revisado más de 5 mil unidades de transporte extraurbano y han dado 69 multas por no tener tarjeta de operación, registro pilotos e incumplimiento de aforo permitido.
Dijo que las personas que sean víctimas de algún abuso por parte de los pilotos o ayudantes, o que en los buses no se cumpla con medidas de bioseguridad o cobros excesivos, se pueden comunicar al número de teléfono 1532 y poner su denuncia, pero es importante tener el número de placa de las unidades colectivas.