Según estadísticas del MSPAS proporcionadas vía información pública, al 4 de marzo la red pública hospitalaria contaba con 346 camas para pacientes leves, 1 mil 161 para moderados y 341 para graves.
Esta reserva se ha reducido en los últimos cuatro meses. En noviembre, se reportaban 2 mil 224 camas, en diciembre 1 mil 930, en enero 1 mil 875 y en febrero 1 mil 862, según los datos oficiales.
Consultada al respecto, Siomara Valiente, encargada de informática del Viceministerio de Hospitales, aseguró que los hospitales disponen de espacio suficiente para albergar hasta 2 mil 267 camas para pacientes covid-19. Esta capacidad se ha incrementado conforme pasan los meses, asegura.
No obstante, para que cada cama sea funcional se requiere equipo de ventilación y recurso humano, pero esto no está disponible de forma inmediata, reconoce.
“Las camas que están como reserva están sin ocupación porque no cuentan con todo el equipo necesario para la atención. Por ejemplo, el ventilador, el recurso humano o, a veces, las salas se ocupan para otro tipo de servicio”, explicó la funcionaria.
Por su parte, Francisco Coma, viceministro de Hospitales, explicó que cuando los contagios decrecen, los hospitales de la red pública utilizan las camas para pacientes covid que no están siendo utilizadas para atender otro tipo de padecimientos. A esto se debe la reducción.
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No obstante, los cinco hospitales temporales, que únicamente atienen a pacientes con coronavirus, también han disminuido su número de camas censables. El de Santa Lucía Cotzumalguapa, por ejemplo, se inauguró en septiembre con 184 camas y ahora 131.
El director del nosocomio, Ever Joachín, explica que hay camas que se han tenido que inhabilitar porque no se cuenta con una bomba de vacío y un compresor de aire.
“Las camas están, pero no las podemos usar. No tienen oxígeno”, dijo el salubrista.
Este hospital se construyó con donaciones de ingenios azucareros. El centro se ideó como un hospital temporal para atender covid-19, pero luego de la pandemia se planea integrarlo a la red hospitalaria nacional.
De igual forma, el Hospital Temporal de Petén pasó de tener 114 catres en septiembre de 2020 a 66 en marzo. El Parque de la Industria tenía 300 en noviembre y arrancó el mes con 280, mientras que el Temporal de Quetzaltenango reportó 134 en noviembre y ahora tiene 115.
No es razonable
Erwin Calgua, coordinador del Centro de Investigaciones de la Universidad de San Carlos, considera que no existe justificación alguna para reducir las camas en los hospitales temporales, ya que estos no tienen la demanda de otro tipo de pacientes, sino se dedican exclusivamente a covid-19.
“Lo que dicta la teoría es que estos hospitales deberían continuar con la misma cantidad de camas hasta que se cierre el ciclo de la pandemia. No existe un razonamiento para disminuirlas porque lo que se busca es que hospitales como el Roosevelt o el San Juan de Dios no tengan que atender a personas con covid-19, sino que sean los temporales los que se hagan cargo”, dijo el epidemiólogo.
El profesional de la salud advierte que es necesario que el MSPAS se prepare con los recursos necesarios en los hospitales, ya que después de Semana Santa habrá un rebrote de casos. “Ante esta situación, hay que reforzar hospitales los temporales no disminuir sus capacidades”, refirió.
Al respecto, el viceministro Coma refirió en conferencia de prensa que solicitarán a algunos hospitales nacionales que vuelvan a habilitar las áreas covid-19 que se habían invertido para otro tipo de padecimientos.
“El miércoles solo en el hospital General San Juan de Dios ingresaron más de 25 pacientes entre moderados y graves. (…) Estamos viendo que hemos excedidos las capacidades instaladas por arriba del cien por ciento. Por ejemplo, en Retalhuleu tuvimos un 300 por ciento de ocupación. El hospital tuvo que habilitar otras camas no destinadas a pacientes covid para atender pacientes covid. El mismo fenómeno sucedió en Suchitepéquez”, explicó el funcionario en conferencia de prensa.
Camas no han sido funcionales
Zulma Calderón, defensora de la salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos, explicó que en las verificaciones a los hospitales se han percatado que los hospitales tienen camas, pero no se pueden utilizar porque no se cuenta con el personal necesario ni recurso tecnológico.
“Nosotros nunca vimos funcionar el intensivo de Zacapa, por ejemplo. Las camas no sirven de nada si no se cuenta con una bomba de infusión, ventiladores, agua y personal de enfermería. El espacio físico para la cama no me sirve de nada si no cuento con los recursos adecuados”, dijo la funcionaria.
Además, agregó que a los hospitales de la red pública ordinaria no se les incrementó la reserva de camas cuando se presentaron los primeros casos. De tal cuenta, tuvieron que invertir las que ya tenían para atender a pacientes covid. Mientras los casos bajan, han tenido que retornar esas camas al uso que se les daba previo a la pandemia y a eso se deben las reducciones.