Fernando Estrada, director del Departamento de Análisis Estadístico (DAE) de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC), refirió que esa medición incluye datos como:
- 3 millones 943 mil 431 de viviendas o unidades habitacionales
- Se registraron 3 millones 179 mil 595 ocupadas
- En tanto 628 mil 281 se reportan como desocupadas
- Además 75 mil 940 se identificaron como ocupada de uso temporal
- En 58 mil 226 no estaban los moradores o hubo rechazo total a ser censados
- Y, 1 mil 389 fueron identificadas como viviendas colectivas o familias sin vivienda
Estrada considera que haber incluido esta clasificación pudo haber influido en el cambio de una baja en el déficit cuantitativo de vivienda ya que la Encuesta Nacional de Condiciones de Vivienda (Encovi) y la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (Enei) que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) y estas han servido de base para ir actualizando el déficit cuyo dato original databa del censo del 2002.
Con la Enei del 2018, se situó el déficit en 1 millón 603 mil 364, y con el censo del 2018 se registró en 1 millón 363 mil 193. Sin embargo la CCG y la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (Anacovi) efectuaron el estudio Nuevo Cálculo del Déficit Habitacional, con el cual el déficit llegó a 2 millones 237 mil 957 unidades habitacionales.
Explicaron que para llegar a este se añaden a los datos del Censo las cifras de déficit o falta de servicios básicos para homologarlas con el método propuesto por la Cepal, y que ya usan varios países, en base al cual se detectaron 874 mil 764 viviendas que no cuentan con los servicios básicos (los hogares con esas carencias como alumbrado, servicio y conexión de agua, drenajes, o con hacinamiento con personas no allegadas).
Eddy Tabush, expresidente del Fondo de Hipotecas Aseguradas (FHA) y actual director del Buró de Servicios Financieros de Agexport, comentó que el número de viviendas desocupadas en una medición como esta es un dato que al principio asusta, pero explicó que los países se estima que entre 11% y 14% de todas las viviendas están vacías en algún momento dado.
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Las razones son diversas, puede ser que una familia se haya salido de un inmueble y esté mudándose a otro, la vendió o se murió el familiar que vivía en el lugar y se quedó vacío por un tiempo, expuso.
Añadió que el dato es como un inventario, es la foto del momento en que se recaba la información, pero que no se quedan vacías para siempre. Algunas se llenan en un par de semanas o meses, las personas regresan luego de una construcción o mejoramiento o se vuelve a alquilar o dar a otro familiar, en tanto otras se van a vaciar y es “es algo dinámico”, comentó.
“Cuando se ve el dato asusta, y algunos dicen que por qué no metemos en esas viviendas a la gente en situación de pobreza o que no tienen donde vivir, pero no se puede porque están temporalmente vacías, y en proceso de cambio de habitantes”.
Comenta que en la capital se ven algunas casas abandonadas pero lo que ha pasado en muchos casos es que ya lo compró un desarrollador y está sacando las licencias de construcción y puede ser que esa casa haya pasado vacía dos años.
Tanto Estrada como el consultor Walter Figueroa, ambos de la DAE de la Cámara de la Construcción, explicaron que respecto a unidades desocupadas en la clasificación que hace el censo de vivienda se refiere a estructuras que al momento de recopilación de información no albergaban a ningún hogar o persona y que debe tenerse en consideración que la vivienda desocupada corresponde a aquellas que se encuentran en construcción, abandonadas, en reparación, incluso aquellas de uso vacacional, por ejemplo.
Por esa razón, el déficit se calcula o estima, según sea el caso, por aquellas estructuras correspondientes a vivienda que son ocupadas por un hogar, puesto que allí confluye la oferta y demanda de vivienda, refirieron.
Las desocupadas, pueden que no tengan demanda, por ejemplo, que estén abandonadas por efecto de inseguridad o de calidad, las que se encuentran en construcción, por efectos de que aún no son parte de la oferta en el mercado, añadieron Estrada y Figueroa.
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“Si un hogar tiene una vivienda que están remodelando o reconstruyendo y al momento del censo no habitaban en otra, la primera se toma como desocupada”, comentó Estrada.
Agregaron que también es de hacer notar que si al momento del censo una vivienda está desocupada, pero tiene muebles y otros bienes de uso frecuente, esta se toma como vivienda ocupada con personas ausentes.