HAGAMOS LA DIFERENCIA
“Escarabajos nativos”, legado de Enio Cano
La Entomología es la ciencia que se encarga de estudiar los insectos, animales invertebrados del filo de los artrópodos. El grupo con más diversidad sobre la tierra, aproximadamente son un millón de especies y aún falta por describir muchos de ellos. National Geographic dice que podrían ser 30 millones de especies adicionales. Podemos diferenciar los insectos de otros artrópodos porque tienen un par de antenas, seis patas y dos pares de alas. Los insectos son seres esenciales en los ecosistemas, realizan muchas funciones importantes: polinizan flores, controlan plagas de plantas y de insectos, airean el suelo. Algunos son de importancia económica, por la producción de miel, cera, laca y seda. Otros, fuentes de alimento, al ser consumidos por el hombre, por aves, mamíferos, reptiles y anfibios, por lo que es posible que las cadenas alimenticias puedan colapsar si la población de insectos disminuye. Son una rica fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Existen también insectos medicinales. En Guatemala, los insectos han sido poco estudiados, por la escasa cantidad de entomólogos en el país. Entre los insectos están los escarabajos del orden de los coleópteros, de los cuales existen unas 375 mil especies descritas hasta el momento. Tienen dos pares de alas, unas de ellas con una envoltura dura, conocidas como élitros; muchos son carroñeros, al alimentarse de animales muertos y restos de vegetales; reciclan los desechos ayudando a crear la capa superficial del suelo con abundantes nutrientes para el desarrollo de las plantas, airean el suelo al crear túneles y permiten, además, la absorción de agua.
' Enio Cano, en vida un maestro excepcional, dejó un profundo conocimiento sobre entomología e historia natural de Guatemala.
Samuel Reyes Gómez
Un eterno amante de este tipo de insectos, el Dr. Enio Cano, falleció en la última semana de marzo. Guatemala perdió a este entomólogo destacado, apasionado por los escarabajos nativos. Biólogo de primera profesión, dedicó su vida al estudio de los escarabajos nativos en Guatemala. Publicó dos libros sobre Biodiversidad de Guatemala, de gran contenido científico. Fue también coeditor del libro Insectos de Guatemala. Guía de identificación. Según Google Académico, participó en 124 publicaciones científicas, con temas que incluyen taxonomía, sistemática, evolución y biogeografía de insectos, entre otras.
Enio coadministraba la colección entomológica de la UVG, que actualmente cuenta con más de 200 mil ejemplares de insectos, uno de los acervos de muestras de la biota local más importantes del norte de Centroamérica, y ayudó a formar la colección entomológica de la Universidad de San Carlos, en 1989, que con los años creció hasta albergar más de cien mil muestras de insectos de Guatemala. Asesoró y apasionó en esta rama de la ciencia a estudiantes, y acompañó a científicos extranjeros en investigaciones entomológicas, manteniendo siempre una particular humildad, tan grande como los conocimientos que poseía.
Platicar con él en el campo, en el laboratorio u oficina era siempre muy aleccionador, hilvanaba sus enseñanzas científicas con infinidad de bromas. Uno de sus asesorados comenta: “Tuve la dicha de aprender de él, de ver la vida desde una perspectiva abierta, cómica y profunda, cotidiana y poética a la vez. La visión de Enio me llamó siempre mucho la atención, de cómo ser científico y divertido a la vez, de cómo solo ser, sin filtros ni ajustes, solamente ser”. En algún momento, a Enio le comentaron que los artículos de American Naturalist eran solo para gente inteligente, porque no se entendían para nada. No dijo nada en el momento, pero más tarde exclamó: “Los que no escriben bien son ellos, se trata de publicar para que la gente entienda”. Qué gran lección. ¡Hacer la ciencia accesible para el mundo era muy importante para él! Guatemala perdió más que un gran científico, una persona amante de la biodiversidad del país, un gran maestro, con gran sensibilidad social.