De acuerdo con el diario El Universal, el jurado quedó estupefacto cuando conoció el caso de la abuelita del Porsche Boxster GTS, por lo que debió pedirle a la propietaria que narrara varias veces lo que había pasado.
Bastante distendida y despreocupada, la mujer de la tercera edad explicó que esa noche no podía dormir y salió a dar una vuelta “para despejar un poco su mente” y lograr dormir un poco.
“No me di cuenta de lo rápido que iba, pero no tengo problema en cumplir el castigo que tenga que ser por mi delito”, le explicó la abuelita al jurado, según cita la nota.
El artículo dice que su licencia le fue retirada por tres meses y se le impuso una multa de US$5 mil, que la abuela hizo efectiva casi de inmediato.
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En Bélgica, esta sanción es suave, ya que, en la mayoría de casos, los conductores van a la cárcel debido a que el Porsche de ese tipo puede alcanzar una velocidad de 300 kilómetros por hora con sus 330 caballos de fuerza.
El caso ocurrió ya hace varios meses y hoy en día se ve a la misma abuelita siempre conduciendo su Porsche… pero a una velocidad más razonable.
