La cantidad de decretos que emitió el Congreso en sus primeros meses de trabajo para este año no llegan ni a los dos dígitos -fueron 6 en total-. Las agendas para las sesiones plenarias se basaron en una lenta interpelación que no conseguía el quórum mínimo para avanzar y un desacuerdo evidente entre las fuerzas políticas que impide renovar la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Pero junto a esos dos obstáculos notorios para la producción legislativa, existen otros elementos que fácilmente podrían pasar inadvertidos para aquellos que no tienen experiencia en el campo político.
Jorge Méndez Herbruger, que acumuló casi dos décadas de trabajo parlamentario, ocupando en dos periodos continuos la presidencia de dicho organismo, resaltó la visión que se tiene en la actualidad del que hacer de los diputados.
Méndez Herbruger, desde la iniciativa privada, donde se desempeña profesionalmente, ve en la actual legislatura una falta de objetivos, al menos claros y considera necesario que se abran espacios para el diálogo y unificar los criterios entre el oficialismo y la oposición.
¿Qué siente cuando escucha las palabras “Congreso” y “Diputado”?
Cuando yo leo o escucho la palabra pienso en varios temas, el primero es una institución a la que le llegué a tomar mucho aprecio, porque serví como diputado durante 17 años y medio y eso me hizo conocer muy bien al Congreso, y reconocer la importancia que, no sólo en Guatemala sino en cualquier país democrático, el parlamento, el congreso, la asamblea tiene.
Cuando escucho la palabra diputado pienso que es una persona que se constituye en servidor público con el propósito de precisamente eso, de ir a servir al país, de ir a entregarse para, de acuerdo a su competencia, hacer el mejor trabajo parlamentario posible, sin ningún interés personal, mucho menos interés financiero, sino que el servir como diputado con el afán de contribuir a la superación de nuestro país, que se puede hacer muchísimo por medio del Congreso, haciendo nuevas leyes o modificando las leyes que en cada momento están vigentes.
De los años 2005 a 2007 cuando usted presidió el Congreso ¿Ha cambiado en algo la percepción que se tiene del Organismo Legislativo y del papel que desempeña un diputado?
Desafortunadamente creo que es universal el hecho que los congresos, los parlamentos, normalmente no transmiten una opinión favorable en la ciudadanía por distintas razones, sobre todo porque cuando se hace una legislación habrán grupos que van a ser sujetos de esa nueva legislación que les afecta, entonces normalmente no se agrada en algunas cosas que hace el Congreso.
Dicho esto, pienso que sí hay grandes diferencias. En aquella legislatura y esta y hay algunas similitudes. Creo que una de la diferencia es que en aquel momento había cuatro o cinco partidos fuertes, unos de gobierno y otros de oposición, mientras que ahora tenemos una gran explosión de partidos políticos presentes en el Congreso, y el partido de gobierno que tiene una minoría relativa en el Congreso para darle seguimiento a una agenda legislativa, si es que tienen una agenda legislativa conocida y desarrollada.
El partido oficial debe de buscar alianza, no con dos ni tres grupos políticos, sino que lo que vemos ahora que es la realidad es hacer alianza con muchos partidos pequeños para lograr tener su mayoría absoluta de 81 votos, o la mayoría calificada que es con 107, esas son las grandes diferencias; pero también hay algunas similitudes y la similitud más importante que subyace en un Congreso donde no hay nadie con una mayoría absoluta es que deben de dialogar.
Nuestro país durante dos legislaturas, la tercera y la cuarta hubo mayoría absoluta de un partido político, en el 1996 – 2000 estuvo el Partid de Avanzada Nacional (PAN), yo estuve presente en esa legislatura y fui jefe de bancada en el 1998 y 1999, en donde solo con nuestros diputados aprobábamos todas aquellas leyes que considerábamos como partido político de beneficio para el país.
Lo interesante del caso es que los líderes del partido siempre buscaban que otros grupos también se sumaran a apoyar nuestras iniciativas y lo lográbamos. Luego, del 2000 al 2004 volvió a haber otra aplanadora, en este caso de otro partido y nosotros como PAN éramos partido de oposición.
¿Por qué le mencionó esto? Porque durante esas legislaturas hubo poco avance en el diálogo Inter partidos, lo hubo en nuestra mayoría (1996–2000), el otro partido (2000–2004) casi no llamaba al diálogo, ellos solo sacaban con sus votos lo que querían.
Lo interesante es que a partir del 2004, yo en esa nueva legislatura entro como segundo vicepresidente al Congreso representando a mi partido, a la Gran Alianza Nacional (Gana), nos damos cuenta de que nadie tiene mayoría absoluta entonces hay que dialogar, ahí aprendimos muchos congresistas a dialogar con todos los partidos políticos, los afines a la posición política, económica o filosófica de uno y a los partidos que no, porque todos basamos de la plataforma que queremos el beneficio del país, el desarrollo de los guatemaltecos, generar mejores condiciones para los guatemaltecos.
De esa cuenta es que en esa legislatura (2004 – 2008) que me honré a presidir de 2005 a 2006 logramos muchísimos avances, teniendo claro lo que queríamos hacer para el país e invitando a otras bancadas a sumarse en esos esfuerzos.
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Ya concluyó el primer periodo de sesiones ordinarias este año ¿Cómo evalúa el trabajo que hizo la novena legislatura?
Creo que somos todos la sociedad guatemalteca los que debemos de evaluar al Congreso de la República, le voy a mencionar algunos parámetros. Una forma es el número de decretos que se aprueban en un periodo legislativo, otro parámetro de medición es aquellas posibles reuniones que se hayan tenido con diversos actores de la sociedad convocando a dialogo, a discusión de determinados puntos según la posibilidad agenda legislativa que pueda tener el Congreso o el partido de gobierno, u otros partidos que también deben tener su propia agenda legislativa para tratar de sacar adelante a Guatemala.
Otro parámetro es la eficiencia en la ejecución del presupuesto del Congreso, que es aprobado por el pleno en el mes de noviembre de cada año; si ejecutaron el gasto de mantenimiento, si ejecutaron el gasto de inversión, son diferentes mediciones.
Las comisiones deben medirse también por medio de los dictámenes favorables o desfavorables que emiten de acuerdo con la carga de trabajo que reciben de las iniciativas del Ejecutivo, de los señores diputados o de los organismos que tienen derecho a iniciativa de ley, son diferentes parámetros los que se debe tener.
Creo que este primer periodo ha sido un tanto difícil y esperaríamos que en el segundo período haya mejores avances en materia legislativa.
¿Qué tan frecuentes eran las manifestaciones que recibía el Congreso cuando usted fue presidente de ese organismo de Estado?
Igual. Recordemos que el Congreso de la República en cualquier país y en nuestra Guatemala es el centro político por excelencia de reunión y es en donde los ciudadanos y los ocho o 10 dirigentes de los que se llaman “sociedad civil”, que se autoproclaman sin ser electos, ni por el pueblo ni por sus propias organizaciones, convocan a sus seguidores y les pagan para que lleguen a hacer presencia, muchas veces sin saber a qué llegan.
Pero la ciudadanía y los medios lo que ven es presencia de personas haciendo comentarios, solicitudes o demandas sobre determinados temas, y eso es muy válido; es válido hacer esas manifestaciones, no es válido el acarreo y el pago de las personas, ni muchos menos estos seis u ocho pseudo líderes que tienen 30 años de estar ahí, y que piden cambios en la democracia y cargos públicos, pero ellos siguen eternizados.
Pero la manifestación ciudadana, genuina, legitima, de ir al Congreso a manifestar sobre muchas cosas es muy válido aquí y en todas partes del mundo.
A nosotros nos tocaron muy interesantes manifestaciones, genuinas. Recuerdo la más fuerte que tuvimos en el 2006, cuando estábamos discutiendo el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, República Dominicana y Centroamérica, fue en febrero o marzo de 2006, en mi segundo periodo de la presidencia, y hubo un momento donde había más de 5 mil personas en la novena avenida, esa vez tomé la decisión de irme caminando con muchas de esas personas del Congreso a Casa Presidencial.
Me regañó mucho la seguridad de la presidencia del Congreso y me regañaron de parte de Casa Presidencial por haberme expuesto, pero fue un ejercicio muy bueno, conveniente y se logró que los grupos que tenían muchas reservas en la aprobación del TLC se les convenciera y se tomaron muchos compromisos que el Gobierno implementó posteriormente. Fue una experiencia muy interesante.
La otra fue cuando se iba a conocer el dictamen en primer debate de la ley de aguas, le hablo del 2006, hace 15 años y todavía seguimos exactamente igual, se necesita que se legisle el uso del agua en nuestro país y no se hace porque en aquel momento, y creo que sigue vigente, se dejaron venir los cantones de Totonicapán, líderes genuinos; representantes y electos por su pueblo, vinieron a manifestar su preocupación por el contenido de la ley que se estaba discutiendo.
En aquel momento se tomó la decisión como partido político de retirar -la iniciativa- y los diputados, incluyendo de posición que estaban trabajando en la ley de aguas aceptaron porque creyó que no era el momento oportuno para continuar la discusión, desafortunadamente 15 años después y seguimos sin una ley de aguas.
Son temas que esas manifestaciones algunas veces al sector político le hacen, o nos hacen retroceder en una agenda para no ocasionar más inconformidades y molestias, pero hay momentos en que hay que ejercer la autoridad que el pueblo le da a los diputados electos al Congreso y desarrollar lo que se tiene que desarrollar para el país en función de la agenda que ellos puedan tener.
¿Qué agenda hay ahora? No la conozco, tengo conocimiento de algunas por mi actividad empresarial, alguna idea que están impulsando leyes económicas como la Ley de Zonas Francas, que como ministro de Economía tuve la oportunidad de servir tres meses y medio en el 2015 – 2016, eso era parte de la agenda y es importante, que bueno que se aprobó, también hace unos meses aprobaron la Ley de Leasing, pero no conozco otros temas.
No conozco que agenda hay en materia de desarrollo social, no conozco que agenda hay en mejoramiento Sector justicia, no conozco que Otros temas en relación al fortalecimiento de la educación y la salud En Guatemala.
Cuando se es congresista, o se es Jefe de Bancada o se es presidente del Congreso o miembro de un partido político presente, debe de tener, es requerido tener el control y concepto de que se llega a hacer a Congreso, repito, el que llega al Congreso debe de llevar como estandarte el ir a servir, no ver que oportunidades voy a tener yo en los personal para mi monedero.
Entonces lo fundamental es saber como partido, ya no digamos cuando un partido llega al Gobierno y como partido de Gobierno cual es mi agenda, efectivamente en materia de desarrollo económico, legislación de la justicia que hay mucho que mejorar en Guatemala, qué hacer para fortalecer la educación y la salud, temas de actualización de muchas leyes, por ejemplo, la Ley del Sistema Penitenciario. Esa ley fue trabajada mucho por el actual presidente de la República cuando fue Director del Sistema de Presidios en el gobierno nuestro, en el Gobierno de la Gana.
Entonces la pregunta es ¿Agenda legislativa? Quizás como yo estoy fuera del sector político ahora, es por eso que no la conozco, pero no sé qué agenda legislativa tenemos como país.
¿Se observa en el Congreso una verdadera dinámica de pesos y contra pesos entre las bancadas?
La existencia de muchos partidos o de diversos partidos es lo que le da el peso y contrapeso, de ahí quizás la habilidad que tienen las actuales autoridades del partido de Gobierno en el Congreso para convocar a esa gran cantidad de partidos políticos que los llevaron a formar su mayoría.
Ahí está esa mayoría que veo que no se ejerce en el pleno para lograr la aprobación de iniciativas de ley, porque si estuviera esa mayoría funcionando bien, con una agenda establecida, anunciada y discutida, entonces deberíamos de estar viendo que se espera en el segundo semestre más iniciativas de ley aprobadas, que es tan importante.
Cuando hay muchos partidos hay beneficios y hay falacias, pero los beneficios sobre todos son democráticos, porque hay que discutir, evidentemente, para lograr los 81 votos, ahora tienen que discutir, tienen que presentar y hacer que ellos, que todos estos partidos convoquen y apoyen lo que ellos están buscando.
Desde el comienza de esta legislatura se habla de la “alianza oficialista”, bloques que respaldan las decisiones de la bancada oficial y del presidente de la República ¿Esta alianza es beneficiosa o perjudicial para el país?
Separemos dos cosas. Uno, el concepto de que un partido de Gobierno que no llega con una bancada mayoritaria en el Congreso debe de buscar alianzas, eso es parte de la democracia, y el segundo, cual es el propósito de esas alianzas, esa es otra discusión.
Un partido de Gobierno que no lleva una mayoría parlamentaria absoluta le es requerido, le es exigido el buscar alianzas con partidos afines que compartan esa agenda legislativa, que es el corazón del porqué llega uno al Congreso de la República, a desarrollar una agenda legislativa establecida de acuerdo con lo que el partido político piensa que debe de desarrollarse para nuestro país. Es genuino, es correcto, es necesario que siempre se busquen alianzas.
Ya es cosa del lector quien va a establecer si esas alianzas han sido positivas o negativas para nuestro país, y la pregunta que yo me haría es que si está muy sólida esa alianza deberíamos de ver más decretos aprobados en el Congreso de la República.
Los bloques de oposición y organizaciones sociales critican y señalan a la actual Junta Directiva de no escucharlos y no abrir espacios para el diálogo ¿Qué tan difícil se hace abrir esos espacios o depende de la voluntad política?
Es absolutamente requerido que la dirigencia, tanto del Congreso de la República con su presidente, como el jefe de bancada del partido de Gobierno y cualquier otro jefe de bancada deben de sentarse a dialogar con todos los partidos políticos.
Cuando se es autoridad del Congreso y se está sentado en la silla de la presidencia, uno tiene la responsabilidad y la obligación de atender cualquier solicitud de cualquier congresista, ya sea una cita, una solicitud administrativa; si es válida hay que darle tramite o respuesta, hay que atender a las personas de la sociedad. No me gusta el termino sociedad civil porque creo que está desgastado, muy mal usado en Guatemala, en cambio toda la población somos la sociedad y cualquier grupo o persona que quiera una cita con las autoridades, esas autoridades tienen la obligación de hacer tiempo y atender.
Otras de las responsabilidades que tienen los 160 congresistas, el presidente del Congreso, los jefes de bancada, la instancia de jefes de bloques, es convocar a personas del Ejecutivo de manera correcta, de manera prudente y hacerles las preguntas y cuestionamientos respecto a muchos aspectos que afectan a la población.
¿Qué tan bueno o malo es el rol que está jugando la instancia de jefes de bloques?
Fue en las reformas de 1994, a la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, donde se estableció la Instancia de Jefes de Bloque, anteriormente grupos políticos llegaban al pleno del Congreso y no sabían la agenda que la Junta Directiva o el presidente les iba a proponer, no había tiempo para prepararse, estudiar los temas o no había recepción de los deseos de agenda política que tenían los otros partidos que no fueran del Gobierno.
En el 94 se hacen esas reformas y se crea la Instancia de Jefes de Bloque, su función es que se presenta la agenda legislativa de la semana; debería de ser para el mes, para el semestre o para la legislatura, para los cuatro años, qué queremos lograr y que transformaciones buscamos para Guatemala.
Es muy conveniente el fortalecimiento de la Instancia de Jefes de Bloque, como está funcionando ahora…no estoy muy enterado de los temas políticos, solo sé que se presentan algunos temas, otros no están de acuerdo, es lo que siempre sucede, el juego de decir que no estoy de acuerdo.
Yo le diría que Jefes de Bloque es el cerebro del Congreso y el Pleno, que es la instancia más valedera, es el corazón del Congreso.
¿Cree que la actual Junta Directiva está cometiendo algún error durante su administración y cómo podría mejorarlo?
Desde lejos, como me corresponde a mí, creo que si puedo hacer las recomendaciones de tipo general que ya están mencionadas en la entrevista.
El presidente del Congreso debe de tener apertura para recibir a todos los diputados; de las bancadas grandes, de las bancadas pequeñas y de las bancadas de “uni diputados” porque cada congresista tiene el mismo valor y la misma representatividad, entonces las autoridades legislativas del Congreso deben de saber que es su obligación responder a esas inquietudes de los señores diputados.
¿Aún hay tiempo para que la actual legislatura encauce las demandas sociales y se traduzca en un trabajo apegado a sus electores?
Por supuesto, apenas llevamos tres periodos, faltan muchos periodos de la legislatura actual y creo que el Congreso y los señores diputados tienen grandes oportunidades porque necesidades de legislar hay, necesidades para resolver las demandas sociales y económicas abundan, lo que se necesita entonces es una organización sabiendo que se define una agenda legislativa.
La expresión que quizás he repetido mucho en la entrevista es el concepto de “agenda legislativa”, porque no puedo tener resultados si no sé qué voy a hacer.
Las críticas al Congreso y el desgaste público pareciera que son cada vez más ¿Cómo debe lidiar la clase política con esto y realmente afecta la dinámica de trabajo parlamentario?
Yo pienso que la solución está en las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, porque a final de cuentas, la conformación de una legislatura es el resultado del voto de la población de acuerdo con las opciones que los partidos políticos les presentan en la época de la campaña.
Son los partidos los que son los llamados a presentarle a la población las mejores y más capaces personas para optar el cargo de diputado en los distritos del país y en el listado nacional, de manera que cuando son electos son personas que llegan con experiencia y el deseo de servir al país, para fortalecer la agenda legislativa que sus partidos les mostraron cuando eran candidatos y logran esos avances, de ahí hay que dar mucha instrucción a los afiliados de los partidos políticos para que sepan elegir a sus dirigentes.
Por último ¿Cuál es el principal consejo o recomendaciones que puede dar a los diputados de la novena legislatura?
Una recomendación de tres frases: piensen de primero en el país, de segundo en el Congreso de la República, de tercero en sus partidos políticos y de último en sí mismos; que desafortunadamente no funciona así.