El flagelo de la extorsión afecta a la población, tanto dentro como fuera de los penales, explicó el director de Presidios, Luis Rodolfo Escobar, al informar que se desarticuló una estructura delincuencial en la Granja Modelo de Rehabilitación Cantel, Quetzaltenango, el 20 de mayo último, el mismo día que un enfrentamiento en ese reclusorio dejó un saldo de siete reos muertos.
El funcionario precisó que han identificado —por medio de los análisis— que los grupos que están siendo víctimas de extorsión, después del confinamiento por la pandemia, son los transportistas, comerciantes y familiares de privados de libertad que los visitan en los reclusorios.
Al 26 de mayo, la población reclusa era de 25 mil 114, a cargo de tres mil agentes del Sistema Penitenciario que trabajan en dos turnos, o sea mil 500 cada día.
Extorsión en visita
El director de Presidios confirmó que una nueva modalidad de extorsión va dirigida a familiares de privados de libertad que acuden a visitarlos. Los reos buscan la manera de investigar dónde reside la potencial víctima, quién la atiende e incluso se traicionan entre ellos y empiezan a chantajear desde adentro a sus familiares.
Según el funcionario, esta pudo haber sido la causa del enfrentamiento entre los reclusos de Cantel, Quetzaltenango, cansados de que sus familiares tuvieran que salir entre gritos de amenazas luego de visitarlos y que al salir ya estuvieran recibiendo llamadas extorsivas.
El grupo que quedó desarticulado en esa prisión fue distribuido en otros centros carcelarios y permanece en áreas aisladas.
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Se fortalecen
De acuerdo con los análisis de la Dirección General de Presidios, de cada cinco a seis llamadas de extorsión que se han identificado salen de los reclusorios, de un nuevo grupo denominado “imitadores”, así como de pandilleros que se dedican a este delito, lo que confirma que se multiplicó esta actividad delictiva.
Escobar afirmó que ya no es el pandillero activo el que comete la extorsión, sino que ahora también hay imitadores, que puede ser cualquier persona que se encuentra en prisión.
Refirió que existen reos que han sido condenados por robo o delincuencia común pero ahora tienen nuevos cargos, por extorsión.
El tercer frente identificado en este delito son expandilleros, que al apartarse de un grupo activo, se dedican a extorsionar.
Ya identificados los tres grupos responsables de las extorsiones en el país, los grupos especializados de la Policía Nacional Civil bucan ahora identificar al grupo que está actuando de manera directa, explicó Escobar.
Con los nuevos hallazgos, el combate de la extorsión se hace más difícil porque, si bien el sistema de Presidios mantiene control sobre los grupos activos, la labor se complica porque la cantidad de extorsionistas se ha incrementado y compiten por territorios para cometer sus actos delictivos.
Operaciones
Las extorsiones se siguen cometiendo, principalmente, a través de llamadas telefónicas, debido a que los bloqueadores de señal de telefonía en las cárcles han sido manipulados. Según el director de presidios, ya se pusieron a funcionar algunos, pero no se cuenta con este equipo en los 21 reclusorios.
En el Centro Preventivo para Hombres, de la zona 18, por ejemplo, es difícil encontrar un punto con señal de telefonía, pero en este lugar las extorsiones no se coordinan por llamadas telefónicas, sino a través de las plataformas de internet. Los reos acceden al servicio a través de una red ilegal de fibra óptica y operadores de cable que han extendido sus equipos de transmisión para que los privados de libertad tengan señal, lo que hace más difícil el rastreo de las exacciones.
Enfrentarse a bandas de imitadores es más complejo, según la investigación de la DGSP, pues entre pandilleros hay jerarquías y en estos grupos, no.
Según el perfil identificado de los imitadores, estos no tienen una estructura criminal ni logística o maneras de operar que las otras redes sí poseen, y se caracterizan por que solo exigen un cobro a su víctima.
Más investigación
Ricardo Flores, consultor en temas de seguridad, explicó que como recomendaciones para la atención a las extorsiones que salen de los centros carcelarios es necesario el fortalecimiento de la operatividad y seguridad dentro y fuera del Sistema Penitenciario con la creación de unidades de inteligencia penitenciaria.
Uno de los objetivos sería tener información de primera mano en tiempo, eficacia, y certera de cómo están operando criminalmente los privados de libertad; además del fortalecimiento de la
unidad de análisis para la investigación interna originadas por las denuncias de los privados.
Asimismo, la creación de una unidad de pandillas que tendría funciones exclusivamente en la atención de denuncias de extorsiones que surjan de los privados de libertad.
“Con su unidad de análisis la DGSP este identificando nuevas modalidades de delitos, así como a los grupos internos que están delinquiendo, será de gran apoyo para los entes encargados de la investigación que no pueden tener acceso a los centros carcelarios sin correr riesgo”, concluyó Flores.