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El producto ruso requiere una temperatura de -20 grados centígrados, y esa es la razón por la cual solo se ha administrado en dos puntos de la capital —la Universidad Rafael Landívar y el Centro Universitario Metropolitano (CUM)—, pues solo allí se cuenta con equipo para resguardarlo.
Eliú Mazariegos, director del Sistema Integral de Atención en Salud (Sias), indica que cada centro de Salud tiene, en promedio, dos congeladores con esa capacidad frigorífica, y han servido para guardar baterías o paquetes que se utilizan en los termos frigoríficos, pero la idea ahora es aprovecharlos para proteger la Sputnik V.
De ser así, habría unos 730 de esos aparatos y podrían utilizarse en el proceso de vacunación contra el covid-19, pero Zulma Calderón, defensora de la Salud de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), señala que esta es una verdad a medias, pues si bien los aparatos existen, no se pueden priorizar las vacunas y dejar fuera las baterías, porque sin estas no funciona la cadena de frío. Por esa razón se necesitan más congeladores.
“Cómo es posible que se negociara la compra de 16 millones de vacunas Sputnik V sin haber comprado congeladores. Si mañana viniera un millón de dosis no hay cómo resguardarlas; no tenemos la logística”, señala Calderón.
Esta situación obliga a que la vacunación se centralice en los departamentos y zonas urbanas, y se descuide a nivel municipal y rural.
Más congeladores
“La vacuna Sputnik V no solo necesita congeladores, también se requiere que el centro de Salud donde se vaya a almacenar tenga planta eléctrica, porque la electricidad es fluctuante en el interior del país, y si no tengo un generador o planta eléctrica la vacuna se puede arruinar”, advierte Mazariegos.
Mantener las dosis a -20 grados centígrados es un requerimiento indispensable, pero a la hora de administrarlas se deben llevar a temperatura de entre 2 y 6 grados centígrados, este proceso y la manipulación de los viales tiene que ser cuidadosa y rápida, ya que la vacuna debe usarse en un plazo de dos horas luego de haber salido del congelador, para que no quede inservible.
Hay congeladores en el Sistema de Salud Pública pero se requiere que cada puesto de vacunación en la provincia tenga uno. Por ahora, según la viceministra administrativa de Salud, Nancy Pezzarossi, hay disponibles cinco megacongeladores, y recién se compraron 10 congeladores, además de que las unidades ejecutoras efectúan sus propias compras.
En el portal Guatecompras se registra que distintas áreas de Salud adquirieron 23 congeladores. Según las especificaciones, son aparatos que pueden mantener la temperatura entre -15 y -25 grados centígrados. Además, se evalúa la compra de otros 45, según las bases de los eventos, para resguardar vacunas.
Existe una donación del gobierno de Japón a Guatemala para fortalecer la cadena de frío para la vacunación. Esta consiste en US$1.5 millones para la adquisición de congeladores y otros insumos, los cuales se entregarán a través del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
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En la provincia
Tener el equipo necesario en la provincia permitirá llevar la vacuna Sputnik V a las áreas rurales, una de las debilidades que hasta ahora afronta el Plan Nacional de Vacunación, pues el proceso se ha concentrado en las áreas urbanas.
En 14 semanas que han transcurrido desde que se aplicó la primera dosis, a duras penas han recibido el esquema completo de vacunas 110 mil 36 guatemaltecos —hasta el 6 de junio—. El proceso es lento, mientras el virus continúa propagándose en el país.
En la semana del 31 de mayo al 5 de junio se reportaron 7 mil 831 casos positivos de covid-19 y 67 personas fallecidas.
Por ahora las dosis que se han distribuido en los departamentos son de AstraZeneca, que no requiere de una temperatura distinta a la utilizada para las vacunas habituales —entre 2 y 6 grados—. No se han utilizado productos que requieran refrigeración de -20 grados, a excepción de la vacuna triple viral o SPR, según el director del Sias.
Otra condición para guardar adecuadamente la vacuna rusa, además de los congeladores y plantas eléctricas, es contar con termómetros de bulbo, que son especiales para medir las bajas temperaturas. Esto es parte de la cadena de frío requerida en cada puesto de vacunación.
Donativo en proceso
El Ministerio de Salud solicitó a la Unicef aproximadamente 640 congeladores, como parte de la donación que hizo Japón. Según Mazariegos en dos o tres meses, recibirían los aparatos. También se pidieron cajas frías y equipo frigorífico.
Carlos Carrera, representante de Unicef en Guatemala, indica que se evalúa “qué combinación de equipos conviene al país, pensando en que es una inversión importante”.
“Desearíamos que no solo apoye la vacunación contra covid-19 este año, sino que deje capacidad instalada de otro tipo de vacunas con las que debe cumplir el Ministerio de Salud”, señala.
Agrega que, en una lista preliminar, la cartera solicitaba salas de refrigeración, refrigeradores solares y cajas frías para trasladar los termos que se usan para llegar hasta las comunidades.
Si bien Guatemala tiene experiencia en vacunación, el proceso contra el covid-19 es diferente, por varios factores: se trata de otro tipo de vacuna, son adultos a quienes se debe vacunar, la cantidad de personas es mayor y debe cubrirse en un tiempo relativamente corto, y para lograrlo es vital fortalecer la cadena de frío.
“El proceso de adquisiciones —de los congeladores— depende de la cantidad y el tipo de equipo que se necesite. Puede ser que los tengamos disponibles en nuestra unidad global de compras y otros quizá se puedan comprar localmente. Esos temas son los que tenemos que definir para iniciar el proceso de adquisición”, refiere Carrera.
Unicef también da acompañamiento técnico al Ministerio de Salud en cuanto a la cadena de frío, y parte de la donación de Japón se destinará para ese propósito.
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Se amplía vacunación
Para esta semana se espera que la administración de la vacuna Sputnik se amplíe a varios municipios del país, pues tendrían las condiciones de congelación para resguardarlas, según Mazariegos.
En la lista están: la cabecera de Huehuetenango; en Quetzaltenango comenzarán a administrar la vacuna rusa en la cabecera y en Coatepeque; en Sacatepéquez se utilizará en Antigua Guatemala. En Chiquimula se usará esta semana en Quezaltepeque, Esquipulas y en la cabecera, mientras que en Suchitepéquez las dosis llegarán a Mazatenango y a San Antonio Suchitepéquez. También en la cabera de Escuintla y en Santa Lucía Cotzumalguapa.
