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Angelina Jolie llegó al campo de refugiados de Goudebou a bordo de un helicóptero acompañada por el ministro de Relaciones Exteriores de Burkina Faso, Alpha Barry, para conmemorar el Día Mundial del Refugiado, que se celebra el 20 de junio.
“Celebro este día todos los años desde hace 40 años con refugiados en diferentes países, y nunca me ha preocupado tanto el estado de los desplazamientos en el mundo como hoy”, declaró la actriz tras la visita a este campamento situado a un centenar de kilómetros de la frontera con Malí.
“La verdad es que no hacemos la mitad de lo que podríamos y deberíamos hacer para encontrar soluciones que permitan que los refugiados regresen a casa o para apoyar a los países de acogida”, añadió. Y pidió apoyo para los estados que acogen a refugiados como Burkina Faso.
Este campamento, situado cerca de Dori, fue blanco de múltiples ataques.
En marzo de 2020, un nuevo ataque al puesto de seguridad del campamento, que entonces albergaba a hasta 9.000 refugiados, provocó la huida de aquellos que se habían quedado de veces anteriores, generando el cierre de hecho de Goudebou.
Desde diciembre, las autoridades de Burkina Faso y ACNUR llevan nuevamente a los refugiados a este campamento, después de haber reforzado el dispositivo de seguridad con militares y patrullas. Se ha previsto la construcción de un cuartel.
Entre diciembre y junio, casi 11.000 personas de ciudades del norte de Burkina Faso regresaron a Goudebou, según ACNUR.
“Los refugiados están mortificados porque el contexto de seguridad se deteriora día a día pese a los esfuerzos de las autoridades de Burkina Faso, de sus socios y de las fuerzas de defensa y seguridad en la región del Sahel”, declaró el representante de los refugiados de Goudebou, Wanadine ag Mohamed.
Recordó la tragedia de Solhan (noreste de Burkina Faso), durante la cual 132 personas -según las autoridades- y 160 -según fuentes locales- murieron en un ataque de presuntos yihadistas el 4 de junio por la noche.
Desde 2012, unos 22.000 refugiados de diversas nacionalidades se han refugiado en Burkina Faso, incluidos muchos malíes que huyen de la violencia de grupos yihadistas en el norte y el centro de su país.
Pero Burkina es blanco de ataques yihadistas desde 2015, que han causado más de 1.400 muertos y obligado a un millón de personas a huir de sus hogares.