Las inusuales protestas que surgieron en Cuba el domingo han provocado un cruce de duras recriminaciones entre el gobierno de ese país y Estados Unidos.
BBC NEWS MUNDO
“No vamos a levantar el embargo sin que Cuba ceda o venga a la mesa a negociar en buena fe”
EE.UU. aplica desde hace décadas un embargo comercial a Cuba que en junio fue condenado por 29ª vez por una amplia mayoría de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó a Washington el lunes de impulsar “una política de asfixia económica para provocar estallidos sociales” en su país.
EE.UU. aplica desde hace décadas un embargo comercial a Cuba que en junio fue condenado por 29ª vez por una amplia mayoría de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Si se quisiera ayudar a Cuba, lo primero que se debería hacer es suspender el bloqueo”, dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lunes al referirse a las protestas en la isla el mismo lunes.
En medio de una crisis económica y sanitaria por la pandemia de coronavirus, Cuba vivió sus mayores manifestaciones en décadas contra el gobierno comunista, que según grupos defensores de derechos humanos, las reprimió con violencia.
Díaz-Canel anunció el mismo domingo una “orden de combate” para que sus fuerzas respondieran a las protestas en las calles y el lunes dijo que en las movilizaciones había “delincuentes”.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, apoyó en un comunicado el “clamor por la libertad” en Cuba y reclamó al gobierno de La Habana “que escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital en lugar de enriquecerse”.
Si bien prometió una nueva política hacia Cuba, hasta ahora Biden ha mantenido restricciones en viajes y remesas a la isla impuestas por su antecesor Donald Trump, quien revirtió el acercamiento a La Habana del gobierno de Barack Obama que Biden supervisó como vicepresidente.
La Casa Blanca respondió el lunes a las críticas al embargo, afirmando a través de su portavoz Jen Psaki que esa medida permite que “bienes humanitarios”, suministros médicos y alimentos lleguen a Cuba.
También indicó que el hecho de que Cuba se mantenga al margen del sistema Covax para el reparto internacional de vacunas contra el covid-19 y haya decidido usar su propia vacuna es uno de los desafíos para el envío de dosis al país.
Sin embargo, la Casa Blanca podría hacer “mucho más” sin levantar el embargo, afirma Andy Gómez, director retirado del Instituto para estudios cubanos y cubano-estadounidenses de la Universidad de Miami.
Lo que sigue es una síntesis del diálogo que sostuvo con BBC Mundo:
¿Le sorprendieron las protestas del domingo en Cuba?
Sí y no. Me sorprendió el numero de personas a través de toda la isla, porque eso no se ha visto desde el principio de la revolución cubana.
La frustración ha llegado a un punto que es tan grande, primero, por la economía que está en el piso: ni con dinero se puede comparar alimentos.
Segundo, la pandemia. Cuba ha dicho que tiene vacunas, pero la pandemia en las últimas dos semanas sigue creciendo día por día.
Y tercero, la política de Trump que quitó la ayuda financiera del exilio cubano a los familiares y amistades en Cuba ha tenido un impacto muy negativo en la isla.
Lo que vimos ayer (por el domingo) fue un nivel de frustración del pueblo cubano que no se ha visto en casi 63 años.
¿Van a continuar las protestas?
Muy buena pregunta. Aunque me mantengo muy optimista de que ellos van a poder, el nivel de represión del gobierno cubano es muy poderoso.
No creo que lo que vimos los cubanos puedan sostenerlo y mantenerlo, por ejemplo, como vimos en Venezuela por semanas y meses.
El gobierno cubano cortó los medios, internet, así que ha sido difícil recibir mensajes y vistas de lo que está pasando en la isla.
Se está reportando que la represión ha sido tan grande que muchas personas han sido prendidas, llevadas a cárcel, golpeadas…
El presidente Díaz-Canel ha atribuido el empeoramiento de la crisis en su país al embargo comercial de EE.UU. ¿Cree en este sentido que Washington también contribuyó a que se desaten estas protestas?
No hay ninguna duda que el embargo económico de EE.UU. a Cuba ha tenido un impacto negativo.
Pero los sistemas económicos centralizados no funcionan. El problema en Cuba no es EE.UU.; el problema en Cuba es el gobierno cubano.
Es muy fácil seguir echándole la culpa a EE.UU., pero el problema que tienen Miguel Díaz-Canel y Bruno Rodíguez, el ministro de relaciones exteriores, es que el pueblo cubano ya no se cree eso: sabe que la mayoría de los problemas son internos.
No vamos a levantar el embargo sin que Cuba ceda o venga a la mesa a negociar en buena fe, y menos cuando no se respetan los derechos humanos en Cuba.
Muchos de los defensores del embargo han esperado durante décadas que el deterioro de la situación en Cuba desatara protestas contra el gobierno. ¿Lo que ocurre ahora en la isla les permite decir que esa estrategia de más de 60 años ahora sí funciona?
No he visto a ningún embargo económico a través de todos los años que he estudiado que haya tumbado a un gobierno. Pero la presión que se le sigue poniendo a Cuba es el resultado que vimos el domingo.
¿Este es el momento de levantar el embargo? No.
Pero si yo fuera asesor del presidente Biden haría mucho más de lo que comentó la Casa Blanca.
Por ejemplo, diría que por casos humanitarios levanto y permito las remesas del exilio al pueblo cubano y que EE.UU. está dispuesto, como lo hemos hecho en Latinoamérica, a mandar vacunas a Cuba, que no las va a aceptar.
Dentro de la misma cúpula del poder cubano me han comentado a través de los años en visitas a Cuba que perdieron una gran oportunidad de negociar más con Obama cuando abrimos relaciones con Cuba, porque el miedo más grande de ellos es perder el control político.
Ahora, no creo que lo que demostró ayer (por el domingo) Miguel Díaz-Canel fue un líder en control totalmente.
¿Lo dice por su decisión de enviar a sus fuerzas a las calles?
Sus mismas palabras, el simbolismo de cómo él habló al pueblo cubano, no es de un líder que está en control completamente.
Me imagino que aunque esté retirado (el expresidente cubano) Raúl Castro ya tiene su mano metida en las decisiones que se tomaron ayer, que se han tomado hoy y se tomarán en el futuro.
En un plazo largo, como vimos en Venezuela por muchos meses, si el cuerpo militar cubano no rompe con el liderazgo es muy difícil tumbar al gobierno cubano. Estoy hablando de oficiales y cientos de soldados cubanos.
Los que estamos viendo en las calles golpeando al pueblo cubano son las tropas especiales del Ministerio del Interior, policías y civiles. Nunca las Fuerzas Armadas Revolucionarias se han llamado a reprimir al pueblo cubano.
La pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿si llega ese momento, el cuerpo militar va a estar totalmente de acuerdo en reprimir al pueblo cubano?
¿Por el momento no ve señales de separación entre el gobierno civil y las fuerzas armadas?
Ninguna. Mientras que Raúl Castro y otros de los comandantes originales estén vivos, no veo que el cuerpo militar vaya a romper con el cuerpo civil del gobierno.
Acuérdate que antes de ser presidente Raúl Castro fue ministro de las Fuerzas Armadas por 47 años y es muy respetado por ese cuerpo militar.
¿Cree que hay condiciones para que se genere un corredor humanitario en Cuba?
Creo que sí, sin levantar el embargo, por razones humanitarias.
El problema más grande que se le puede presentar a esta administración del presidente Biden, con todos los problemas que ya tiene, es que Cuba vuelva a decir que el que no quiera estar en Cuba, salga.
Entonces vamos a tener una nueva crisis de balseros, que ya han crecido en números, en un momento en que esta administración está tratando con una crisis migratoria en la frontera entre México y EE.UU.
¿Qué vamos a hacer con esos cubanos en alta mar? ¿Recogerlos? ¿Tratar de llevarlos a Cuba? Y si Cuba se niega, ¿los ponemos en la base de Guantánamo?
El presidente Biden reclamó que el gobierno cubano “escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital en lugar de enriquecerse”. ¿Es un cambio de estrategia respecto al gobierno de Obama, que buscó un acercamiento con La Habana?
Obama trató de hacerlo económicamente, sabiendo que si el gobierno no iba a estar dispuesto a abrir, no iba a pasar. Y no pasó.
Lo que está tratando de hacer el presidente Biden es que la política no sea entre La Habana y Washington, con Miami complicando los puntos, sino que sea una política multilateral sobre el tema de Cuba.
Y eso es muy difícil con todos los problemas que hay hoy en día internacionalmente.
Muchos en Cuba, incluyendo dentro del gobierno, esperaron que Biden iba a regresar a la política de Obama y yo les dije que no.
No lo hizo y mantuvo las políticas de Trump hasta ahora…
Pero en realidad, con todos los problemas que tuvo que enfrentarse, Cuba no estaba en la lista de prioridades.
No digo que con lo que pasó en Cuba ha vuelto a la lista de prioridades, pero le ha abierto los ojos a la Casa Blanca: el tema de Cuba se tiene que tratar inmediatamente.
Lo que parece claro es que Cuba es hoy uno de los pocos temas que unen a demócratas y republicanos en EE.UU., ambos expresando apoyo por los manifestantes. ¿Tiene margen en política doméstica Biden para hacer un cambio en el sentido de lo que usted señala?
Siempre digo que la política exterior de EE.UU. sobre el tema de Cuba es más doméstica que internacional. Porque el voto de la Florida es muy importante para elegir al presidente, como lo hemos visto.
En la Florida vimos algo que todavía es difícil de entender: muchos cubanos-americanos apoyaron de nuevo al presidente Trump, que puso una política bien dura sobre Cuba.
Biden ha esperado a ver qué pasa y cómo se estudiaba el caso. Y todavía está un poco complicado el tema.