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Números rojos: Las alertas detrás de los casi Q200 mil millones de deuda pública acumulada en Guatemala
Guatemala se encamina a alcanzar los Q200 mil millones de saldo de deuda pública, una cifra a la que se llegaría por primera vez en los últimos ejercicios y que respondió ante la coyuntura de la crisis sanitaria según las autoridades.
El saldo de la deuda pública pasará los Q200 mil millones en 2021, y se explica por los efectos de la pandemia, según el ministro de Finanzas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)
Durante la administración del presidente Alejandro Giammattei, Guatemala superaría los Q200 mil millones de saldo de deuda pública, y el indicador ya se encuentra cerca del valor.
Al 31 de mayo -dato de la última actualización- del reporte de Operaciones de Crédito Público del Ministerio de Finanzas (Minfin), el saldo de la deuda pública es de Q195 mil 264.73 millones, que equivale a unos US$25 mil 289 millones.
El saldo se desglosa entre prestamos externos con organismos financieros internacionales y bonos del Tesoro.
De ese monto total, Q115 mil 835 millones corresponden a deuda interna y Q79 mil 429 millones de deuda externa, y en ambos indicadores se observa un incremento desde el 2020 asociado a los efectos para atender la pandemia.
El 59.3% del saldo es deuda interna y 49.7% externa.
Aumento 2021
Al analizar el comportamiento en los primeros cinco meses del año, se observa una subida de 3.2%, variación que en términos nominales significa Q6 mil 77 millones.
El saldo pasó de Q189 mil 187 millones del 31 de diciembre de 2020 a Q195 mil 264 millones a mayo último.
En el primer semestre del año, Finanzas no acudió a colocación de eurobono -colocación de bonos en el exterior-, como lo ha hecho en los últimos tres ejercicios fiscales consecutivos de salir en el primer semestre, sin embargo, se mantienen los análisis de acudir al mercado financiero internacional.
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Al comparar la deuda en el período comprendido entre el 2012 y el 31 de mayo último, se nota un crecimiento de 101%.
Por ejemplo, la deuda en el ejercicio 2012 fue de Q96 mil 960 millones, y para mayo último aumentó en Q98 mil 304 millones que es monto acumulado.
Como una referencia, si esa deuda pública la tuviera que pagar per cápita, cada guatemalteco debería de aportar Q11 mil 412 con la estimación de población del Instituto Nacional de Estadística para 2021.
Relación con otros indicadores
El reporte de Finanzas detalla que la deuda pública con la relación al PIB a mayo es del 30.7%.
Al cierre del 2020, el indicador se ubicó en 31.6%, pero en 2012 era de 24.8% que ha sido el porcentaje cercano.
Edwin Matul
Edwin Matul
En 2020 no solo Guatemala, sino todo el mundo aumentó sus porcentajes de endeudamiento público”
Mientras la relación con los ingresos tributarios, el indicador se ubicó al cierre del 2020 en 313%, pero con los ingresos totales es de 295%.
Las cifras en 2012 eran de 226.4% y 211.4% de cada variable.
Lectura
Para Edwin Matul, exgerente del Banguat hay dos indicadores básicos que son la relación de la deuda con el tamaño de la economía, y la discusión de cuánto podría ser el límite, ya que hay economías de países desarrollados en las que el indicador es alto.
Entonces surge la interrogante: ¿con qué dinero se cuenta que repagar la deuda?, y ahí entra el indicador del endeudamiento con respecto a los ingresos tributarios. Según Matul, Guatemala está complicada, ya que la carga tributaria es relativamente baja.
Recordó que, dentro del presupuesto, cada vez se destinan recursos “que son importantes”, y en la medida que aumente el endeudamiento, también se eleva la cantidad que se dispondrá para capital e intereses. Una carga tributaria baja, y las restricciones de las rigideces presupuestaria que impone el endeudamiento cada vez afectarán un poco más”, subrayó.
Sobre llegar a los Q200 mil millones de saldo de la deuda pública, Matul dijo que hay dos vertientes: la primera que es un tema estructural y en la medida que se acumulen déficit —gastos programados que superan los ingresos— que en Guatemala no son tan altos por el sacrificio de la inversión. “Esos déficits se convierten en deuda, y a luz de esto, hay que empezar a discutir qué tan sostenible es todo ese sistema”.
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El otro tiene que ver con el repago, ya que, “si tenemos inversión pública baja, ¿entonces, para qué nos endeudamos?”, afirmó Matul, y la capacidad de pago que cada vez se compromete a los presupuestos año con año.
Justificación
Consultado Álvaro González Ricci, ministro de Finanzas, reconoció que en 2020 se incurrió en un mayor porcentaje de deuda por la pandemia y la deuda bonificada fue superior al promedio anual.
Afirmó que con el incremento de la deuda se alcanzó a un déficit fiscal del 4.9%, que en comparación con otros países es bastante menor, y para 2021 se proyecta cerrar entre 3.3 y 3.4%, que responde a lo que requirieron las agencias de calificación de riesgo país y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y para 2022 se proyectaría un déficit menor al 3% y para regresar en 2023 a un déficit de 2.3%. Este último es el promedio en que Guatemala ha mantenido en el tiempo.
González Ricci dijo que para 2021 se superarán los Q200 mil millones y cada mes el indicador irá subiendo. Recordó que en 2020 la deuda bonificada fue de Q28 mil millones, en 2020, alrededor de Q20 mil millones y en 2022 Q18 mil millones.
“No hay que ver el número frio del monto de la deuda, sino que, efectivamente, se requiere menos deuda, subiendo la recaudación como va a ocurrir este año y el siguiente con las expectativas que hay para llegar a niveles de déficit fiscal cercanos al 2%”, precisó el funcionario.
En las primeras cifras para la formulación del presupuesto 2022, se está planteando una deuda bonificable por Q18 mil millones, préstamos con organismos internacionales por Q2 mil 500 millones para totalizar unos Q20 mil 500 millones como endeudamiento público; mientras la recaudación tributaria sería de unos Q70 mil 500 millones.
Matul precisó que, en 2020 no solo Guatemala, sino todo el mundo aumentó sus porcentajes de endeudamiento público, y la pandemia vino a sumar y complicar la situación que ya estructuralmente, se cuentan con déficit manejables, pero a costa de la inversión.