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¿Es bueno crecer 5% en 2021? Siete expertos explican la proyección de la Junta Monetaria para la economía

Una dosis de optimismo se mantiene en las autoridades para las proyecciones de crecimiento económico para Guatemala, en 2021 y 2022, pero hay un camino de adversidades, como la lentitud en el proceso de vacunación por el covid-19, las nuevas variantes y la crisis política e institucional.

Las actividades económicas han tenido diversas restricciones desde marzo 2020 en adelante, mientras que la vacunación avanza lentamente en el país. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Las actividades económicas han tenido diversas restricciones desde marzo 2020 en adelante, mientras que la vacunación avanza lentamente en el país. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Se proyecta que la economía nacional logre este año una tasa de crecimiento del 5%, mayor al registrado en el 2020, de -1.5%, año en que llegó la pandemia al país, y al 3.8% del 2019.

La estimación para el 2021 es el mayor porcentaje que se alcanzará durante los últimos 10 años, y se atribuye a un “efecto rebote”, luego de la caída del año pasado.

Los indicadores de corto plazo muestran que la variable traza la brecha de alcanzar incluso el valor central del 5%, a cinco meses de que concluya el ejercicio fiscal.

Las proyecciones de crecimiento para el 2022 también son optimistas y se plantean tres posibilidades: el bajo, con 3.5%; el núcleo, 4.5%; y el alto, 5.5%, según el informe de evaluación que conoció el 11 de agosto la Junta Monetaria (JM).

Para ese año la economía tendrá un impulso gracias a la demanda interna, las remesas familiares, las exportaciones y los programas de estímulo en Estados Unidos, así como el programa de infraestructura que se lanzó recientemente.

En las previsiones para 2021 y 2022 ya se incluyen posibles efectos de la pandemia, se informó.

¿Muy positivas?

Las proyecciones del Banco de Guatemala (Banguat) son consistentes con el comportamiento de la economía en el corto plazo, tomando en consideración el Indicador Mensual de la Actividad Económica (Imae), que ha mejorado, opinión que comparte el propio Fondo Monetario (FMI), según José Alejandro Arévalo, exministro de Finanzas.

Arévalo explicó que esta apreciación no tomó en cuenta la situación del último mes y medio y que puede afectar la pendiente al alza en la economía.

Entre la coyuntura, Arévalo menciona el rechazo a la forma en que ha manejado la pandemia  el Gobierno, y el resurgimiento más agresivo del covid-19, con la variante delta, que ha obligado a establecer un estado de Calamidad durante 30 días.

Situaciones como la remoción del fiscal contra la Impunidad, Juan Francisco Sandoval, en el Ministerio Público, y las reacciones ante la medida,  que han agregado inestabilidad política, así como los bloqueos al comercio en las carreteras no son un buen augurio, comentó.

El exministro  considera que la inercia causará que la economía muestre indicadores cercanos a la meta planteada por el Banguat, pues el país  ya tuvo más de medio año positivo, y si se agudizan las situaciones mencionadas los efectos podrían verse con mayor incidencia en el 2022.

Otras variables

Hugo Maúl, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), tiene una percepción similar  respecto del desarrollo de la pandemia. Afirma que, en términos generales, le sorprende que se haga una revisión a posible alza en la economía para el 2021, si   países desarrollados y los organismos financieros internacionales están diciendo que los pronósticos de recuperación están atados a dos variables cruciales como la velocidad de la vacunación y el nivel de contagios. “Cuando uno observa lo que está pasando en Guatemala, lo primero que se piensa es que cuesta creer” las estimaciones tan positivas, expresó.

 

El país registra, desde mayo último, un aumento de casos de covid-19, sobre todo en las semanas recientes, así como una criticada lentitud en  la vacunación.

Maúl reconoció que, por aparte, las importaciones, exportaciones, remesas y recuperación económica paulatina de varios sectores, excepto el turismo y el transporte, se podría entender porque urgen esos números positivos, pero la pregunta fundamental es cómo se incorpora  el tema de los contagios y la vacunación en esas proyecciones.

“También se ha demostrado que lo que más afecta a la economía son los cierres y confinamiento: mientras más dura la restricción, más es el impacto”, dijo Maúl, quien cree que si el banco central no tiene contemplado ese extremo y se ha basado en las variables tradicionales y no en las   de la pandemia y los problemas políticos actuales para lograr las proyecciones que han dado durante el año, no tendría  que haber cierres y confinamientos.

“La economía está rebotando muy bien y fuerte”, comentó Paulo de León, director ejecutivo de Central American Business Intelligence (Cabi), sin embargo, explicó que todavía manejan ciertos escenarios por el covid que pueden alterar el crecimiento al final del año, en especial con la llegada de la variante delta, porque que en otros países ya hay evidencia de que sí impacta el desempeño.

La expectativa de la firma está en el rango 4.5 y 4.8%,  ligeramente debajo de la del Banguat. De León coincide con los otros expertos en cuanto al impacto  de la pandemia, la vacunación y la confrontación, así como los bloqueos.

¿Cuál es la lectura?

Estas perspectivas optimistas para este y el siguiente año tienen una explicación, y pueden estar dentro de la lógica, según analistas consultados.

“Las economías se están recuperando desde un punto de vista orgánico, derivado de que están saliendo de un año de crisis para entrar en una línea de estabilización de la economía”, expresó el consultor fiscal Juan Carlos Paredes, de la firma Paredes, Saravia y Asociados.

Paredes sostiene que se está retomando el ritmo normal del 2019, y eso significa que  si en el 2020 los países tuvieron una baja, o  tuvieron  tasas de decrecimiento, “entonces hay una lógica en que la actividad económica tienda a estabilizarse a un crecimiento, pero más a retomar la línea al desempeño antes de la pandemia”, dijo.

El número esperado por la Junta Monetaria para este año es bastante probable, pues contempla dos fenómenos: lo que los economistas llaman “el rebote” luego de una crisis,  y el comportamiento normal de la actividad económica, opina Abelardo Medina Bermejo, economista sénior y coordinador del área de Análisis Macrofiscal del Icefi.

Sin embargo, explicó, la apariencia de resultados extraordinarios que se observa en toda la región (Panamá crecerá 12%, El Salvador  9%, Honduras  5% y República Dominicana  7.5%, entre otros países), “ha sido utilizado para sugerir la idea de que se están obteniendo mejoras en la dinámica económica de los países, derivado de las acciones públicas, y que en algunos incluso se han calificado de récords históricos”.

Sin embargo, comentó, no es de esa forma y el valor esperado de crecimiento para el 2021 es relativamente normal, tomando en cuenta que los países, aunque algunos con mejor tratamiento para el proceso de vacunación, están obviando los mecanismos de confinamiento y se está respaldando la actividad económica sin limitaciones, a diferencia de lo que se hizo en el 2020.

 

El economista Edwin Matul, exgerente del Banco de Guatemala, sostiene que las cifras son positivas respecto del año pasado, pero considera que deben pasar dos o tres años todavía para recuperarse, y enumera los efectos de la pandemia citados por los otros expertos. Declara que alcanzar 3.5 o 4% no será suficiente para recuperar la tendencia, y que todavía hay sectores afectados, como el turismo, restaurantes, hotelería y educación.

Para Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, si bien hablar de un crecimiento de 5% para el 2021 podría parecer demasiado optimista, hay indicadores que sugieren que podría alcanzarse ese nivel de crecimiento como el Imae, la recaudación fiscal de los primeros seis meses de 2021 están 26.6% más arriba que en el 2020 y 19.8% arriba del 2019, lo cual también es motivo de asombro, así como las remesas.

Proyección para 2022: Menos dinamismo

Los escenarios de crecimiento para el 2022 son:  bajo, con 3.5%; el núcleo, 4.5%; y el alto, 5.5%, según el informe de evaluación que conoció el 11 de agosto la Junta Monetaria (JM).

Los analistas consultados coinciden en que  el indicador de Guatemala es de 3.5% y en el 2022 aún se experimentará un rebote en la economía, por la caída del 2020.

El pronóstico del Banguat para el próximo año es bastante normal, considerando que aún hay actividades que en el 2021 están afectadas por la pandemia, dice Medina. Esa proyección también depende de que la situación se normalice totalmente y de la contención y control definitivo de la pandemia y “del abatimiento de las prácticas de corrupción en el país” o los conflictos políticos en 2022 podrían ser más grandes.

De León expone que habrá una desaceleración para el 2022, ya que ningún país en el hemisferio podrá crecer más que en el 2021. Además se observa mucha incertidumbre por el covid-19. Otro factor es lo que decida EE. UU. sobre su inflación, déficit e inyección monetaria.

 

Se prevé que los efectos de los enormes estímulos monetarios y fiscales que aplicaron las grandes economías hayan desaparecido para mediados del 2022, y ante el incremento de la inflación, varios bancos centrales podrían subir las tasas de interés en los próximos meses, lo cual afectaría el dinamismo de la economía en el corto plazo, dijo Boteo.

Para Arévalo, los tres escenarios de crecimiento para el 2022 son razonables, pero para que se cumplan debe mantenerse el ritmo de confianza e inversión que ha despertado durante el 2021, el nivel de remesas y los precios favorables de los principales productos de exportación; en tanto, la conflictividad política debe superarse y amainar el descontento de varios sectores hacia el Gobierno.

Maul del Cien, y Matul, exgerente del  Banguat, coinciden en que el 2022 tendrá otra variable por el efecto electoral, previo al proceso de elecciones generales del 2023.

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Nota del editor: El 19/08/2021, a las 9:30 horas, se corrigió el dato de proyección del 2022 con el ajuste más reciente de la Junta Monetaria.