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“Mientras los diputados discuten, la gente está muriendo”, dicen médicos que esperan ley de emergencia

Entre la aprobación de la Ley de Emergencia covid-19 y la discusión de la propuesta del Presupuesto para 2022, los médicos aseguran que las negociaciones políticas afectan al gremio y a la población.

Médicos de Hospital San Juan de Dios le pide a la población de que se cuiden de la pandemia del coronaravirus. (Prensa Libre: Erick Avila)

Médicos de Hospital San Juan de Dios le pide a la población de que se cuiden de la pandemia del coronaravirus. (Prensa Libre: Erick Avila)

Hace una semana se improbó el estado de Calamidad, lo que abrió una discusión técnica entre diputados y autoridades del Ministerio de Salud que terminó en una ley de emergencia para la atención del covid-19 que hoy se espera aprobar de urgencia nacional.

Fueron cuatro largas discusiones técnicas en el Congreso y mientras esto sucedía, los médicos luchaban contra los cientos de casos de covid-19 en un sistema hospitalario colapsado. Sin recursos, sin personal, ni espacio para atender a más pacientes.

Para los médicos y directores de los hospitales que asisten a pacientes con covid-19, el tiempo es vital y esperan que hoy se apruebe la ley y que pueda ayudar a fortalecer el sistema.

Los diputados, entre otras cosas, acordaron un aumento presupuestario para el Ministerio de Salud de Q1 mil 878 millones, también reducir los tiempos para la adjudicación de contratos abiertos que permitan abastecer de medicamentos covid de manera rápida. Entre otros cambios, se ordena fijar precios de referencia que eviten la especulación de precios en los medicamentos contra el coronavirus.

Fueron acuerdos políticos que terminaron en la medianoche del sábado y es espera que hoy se conviertan en 107 votos, como mínimo, para aprobar de urgencia la ley.

Cuestión de tiempo

El tiempo es fundamental para tomar decisiones. Esta semana el Hospital Nacional de Chimaltenango tocó el límite de capacidad de atención. Solo cuenta con 23 camas, cinco ventiladores y siete médicos para la atención del área covid-19.

La tardanza en las discusiones en el Congreso solo provoca más muertes y más escasez, pues no les permite actuar con prontitud, aseguró el doctor Omar de León, Epidemiólogo del centro asistencial.

En opinión del médico, los procesos que se están discutiendo en el Congreso ya están establecidos “y si hay cambios que se deben hacer ya se han tardado mucho”.

“Nosotros sí necesitamos, como toda la red hospitalaria un fuerte incremento de presupuesto, ya que es fácil decir pongan otras 10 camas, pero eso requiere recursos, enfermeras, medicamentos, médicos, entre otros; no es nada más poner camas, porque lo único que se está brindando es una muerte asistida”, señaló De León.

La crítica situación del hospital de Chimaltenango se repite en todos los hospitales del país. En Amatitlán, el hospital nacional también limitó su atención por falta de presupuesto.

“Nosotros hemos analizado varias fases, una de las primeras es aumentar la cantidad de camas, que ya lo hemos hecho, una segunda fase es llegar a 20 camas para tener en total 54 camas y en una tercera fase sería llegar a 105 camas, ese es el plan que tenemos, que en dos semanas buscaríamos avanzar a la segunda fase, por la alta demanda” comentó José Ernesto Monzón, director del hospital.

El Hospital Nacional de Amatitlán recibió una asignación presupuestaria de Q30 millones este año y de esto se ha destinado Q6.5 millones exclusivamente para la atención del área covid. Ahora esperan una ampliación de por lo menos Q3.7 millones para ampliar los servicios y responder a la demanda.

En Zacapa la situación es similar: pocos recursos económicos y muchas infecciones de coronavirus, que han obligado a las autoridades de ese nosocomio a suspender la atención a nuevos pacientes.

“Nosotros desde hace más de un mes hemos dicho que necesitamos presupuesto y medicamentos, ya se lo hemos dicho virtualmente a los diputados, estamos mal en insumos, no tenemos los medicamentos, ya se nos acabaron y pues los proveedores les dan lógicamente a los hospitales grandes o a los privados que les pagan al contado, pero nosotros estamos escasos de insumos, tenemos equipo de protección y oxígeno, pero lo demás no”, indicó el director del hospital Óscar Villatoro.

Una solución, al menos temporal, hubiera sido el sostener los eventos de compra iniciados durante el estado de Calamidad, sin embargo, por disposición ministerial se suspendieron, explicó Gerardo Hernández, director del Hospital General San Juan de Dios. Hernández fue parte del grupo de médicos que, incluso, llegaron el lunes pasado al Congreso a suplicar por la aprobación del estado de excepción para poder realizar compras ágiles.

“Nosotros fuimos el lunes a clamar una ayuda de lo que nosotros estamos viviendo, pero lo que hizo la gente o quisieron hacer fue desvirtuar lo que nosotros hacíamos allá, y vincularnos a la política, y eso fue ofensivo para nosotros, pues realmente hemos estado viviendo una pena y una zozobra a nivel nacional”, dijo Hernández.

El director del Hospital General solo espera que la ley de emergencia sí responda a las necesidades de los hospitales, porque, aunque sí hubo participación de las autoridades ministeriales, a los directores de hospitales no se les tomó en cuenta para discutir las soluciones a sus problemas.

Restricciones no se cumplen

En Santa Cruz del Quiché, el hospital está desbordado y crecen los contagios.

En el Hospital Nacional en las últimas semanas se ocuparon todos los espacios y la mortalidad de pacientes con covid en el hospital rebasa ronda el 50%, explicó Salomón Delgado, director del centro asistencial.

La preocupación ahora es que más personas busquen atención hospitalaria porque participaron en las fiestas patronales en Sacapulas y se ha identificado un foco grave de contagios.

Por ahora, en el hospital hay acondicionadas dos áreas para atender a los pacientes ventilados y la otra para los moderados y graves. En total, fueron instaladas 24 camas, pero reconocen que les puede complicar la situación porque no tienen medicamentos ni oxígeno.

También han atendido más pacientes graves que no están vacunados. Son más jóvenes, incluso tienen niños y bebés de 21 días y dos meses de nacido, dijo el médico.
“Gente que ahorita empieza venir de Sacapulas, pero básicamente no se han vacunado. La gente no cree en la vacuna”, señaló Delgado.

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