El gran terapeuta familiar Murray Bowen decía que, en la familia, “distancia física no es distancia emocional”. De cómo se maneje la ansiedad en la familia de origen, así sería la incidencia en la futura pareja. Las conductas negativas que aprendimos y no hemos superado, originan muchos problemas que llevamos a nuestras parejas.
Aarón Becker creó la terapia cognitiva y conductual. Y, basada en esa teoría, se crea la terapia ACT. O sea, de aceptación y compromiso. Vamos a entender este tema, basados en Bowen y Becker con su terapia ACT.
Debemos hacernos unas preguntas:
- ¿Realmente existe la media naranja, la pareja perfecta?
- ¿Debemos adaptarnos a la realidad? ¿Nuestras creencias deben adaptarse a la realidad o la realidad debe adaptarse a nuestras creencias?
La repuesta es no. Nosotros debemos adaptarnos a la realidad. Nuestra mente debe entender esto, si realmente somos aterrizados, objetivos y realistas. Pero es difícil cambiar una creencia.
La famosa media naranja no existe, porque cualquier persona que usted conozca para una relación de pareja, viene con cosas buenas y malas. No existe una persona a la medida suya. Usted se enamora, y en ese primer tiempo estamos conectados, todo es maravilloso, estamos presentes. Uno está pendiente del otro, y es cuando creemos que esa es “mi media naranja”.
Pero, cuando comienza a descubrir que su pareja no es como creía y conoce sus “sombras”, o sea, sus defectos, viene el sufrimiento y la ansiedad sube. Se ven las partes no tan bellas de su pareja, y usted no la puede cambiar. El amor comienza en ese momento. Se ven como son realmente. La ansiedad sube, los conflictos aparecen y las cosas que no usted superó en la niñez explotan, dando paso a las conductas tóxicas.
La pareja se desconecta y surge un distanciamiento que puede llegar a un “corte emocional”. Se ve a la pareja como si fuera el enemigo. Ahí comienza el proceso de intoxicación. Todas las estrategias que aprendió en la niñez para enfrentar la ansiedad, la soledad y la depresión, aparecen en su relación de pareja. Aunque se queden juntos, están lejanos, desconectados. Comienza el deterioro de la pareja.
Hay otras maneras de seguir deteriorando la pareja. Evítelas.
- La evitación: en vez de hablar, se evita enfrentar la situación con la pareja.
- La persona comienza un diálogo interno, porque se avergüenza de sí mismo, se cree culpable, y se aleja más.
- No puede vivir con su pareja en una relación de acuerdo con los valores con los que quiere construir dicha relación. Por ejemplo, ser sinceros, no mentir, etcétera.
Si no comienzan a buscar ayuda emocional, la espiral sube y puede destruir la relación.