Esto no habría sido tan interesante, sin un poco de la polémica farandulera que armó su separación de Jesse James. Tenían siete años de matrimonio, tres hijos —de él—, y se acabó por una infidelidad, aparentemente debida a la debilidad de su pareja por el sexo opuesto.
James ofreció disculpas en público antes de que ingresara en una casa de rehabilitación, pero no obtuvo respuesta positiva de Bullock, quien se quedó con su hijo adoptivo de tres meses, Louis. Ello, al parecer, dio asilo a su expresión de cariño, al grado de que adoptará otro en estos días. Sin duda, la estrella tenía razones de sobra para estar en boca de todos, pero sus méritos artísticos la mantuvieron a tope.
La mejor pagada
Sandra llegó a cobrar hasta US$17 millones por película, gracias al impacto histriónico que inyectó en las cintas The Proposal y The Blind Side. No alcanzó a Julia Roberts y sus honorarios de US$25 millones en una época gloriosa, pero es la mujer que se encuentra en la cima actualmente, según publicó Forbes. La actriz cerró su año con ingresos de más de US$50 millones. Con incentivos como estos, cualquiera ve un divorcio como un simple conato de depresión.