No tenemos ninguna crisis sanitaria ni de hospitales en Guatemala.

¿Hasta cuándo aguantaremos esta corrupción que sangra a muerte nuestro bello país?

Realmente no hay motivo de preocupación, no se necesitan medidas de restricción y el nivel actual de las medidas de prevención es suficiente para controlar el repunte.

Es necesario transformar el semáforo de instrumento de restricción a una herramienta de detección y alerta.

Pero es un repunte de gripes casi inofensivas, con muy pocas hospitalizaciones y aún menos fallecimientos.

De no empezar con la reforma educativa de inmediato seguiremos condenados al subdesarrollo.

El análisis final es que la vacuna en realidad nunca protegió, solo evitó que la persona enfermara de gravedad o muriera.

Se habla de que el armamento ruso puede incluir armas termobáricas o bombas de vacío. El horror de estas armas es que, antes de detonar, succionan el aire y así intensifican el efecto de su explosión.

Todos queremos lograr controlar el contagio, pero con el mínimo de interferencia en la actividad económica.

Esperemos que pronto se dé una situación similar en Guatemala y podremos también eliminar las restricciones.