Varios analistas políticos y conocedores de asuntos judiciales señalaron desde el martes su extrañeza porque el presidente Jimmy Morales, al declarar unilateralmente terminado el trabajo de la Cicig, y a pesar de haber asegurado que continuarían los casos actualmente en proceso, se haya abstenido de señalar cómo sería esto si los representantes de esa entidad no podían presentarse a los juicios como resultado del ambiente hostil en su contra.