Las conclusiones del Enade convergen con las de analistas serios, organismos internacionales, países amigos y otros.

¿Quién es el guardián de los guardianes? Alguien tiene que tener la última palabra.

Rara vez estarán todos de acuerdo con lo resuelto por un tribunal; no es esa la base de validez de sus fallos.

Antes de la Cicig no había “normalidad” y, después, tampoco se vuelve a “la normalidad”.

Las actuaciones del Gobierno deben fundamentarse en opiniones sólidas que se debatan públicamente y respeten la legalidad.

El deseo de independencia debe, necesariamente, relacionarse con un ideal político.

En ausencia de una amenaza real de aplicación de la Ley, vivimos en un mercado de favores públicos.

Imposible evitar los incentivos a abusar de los bienes públicos en beneficio privado; sí es posible crear incentivos contrarios.

No es posible soslayar en el largo plazo el desarrollo de las instituciones. No hay economía que aguante.

Las perspectivas siempre deben ajustarse entre el corto y el largo plazo, ponderando la importancia de cada exigencia.