Los guatemaltecos y los mexicanos somos parte de una misma raíz mesoamericana, herederos de una notable tradición cultural. Los lazos que nos unen se extienden más allá de la frontera que compartimos. Nuestra vecindad ha transitado por esa continuidad histórica y geográfica, acercando cada vez más a nuestros países, sus instituciones y a nuestras sociedades.