Francisca Gómez Grijalva
NOTAS DE Francisca Gómez Grijalva
La iniciativa para reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), presentada el 26 de junio de los corrientes, por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), es un avance positivo. En cierto modo recoge nuestras demandas que desde el 25 de abril no hemos dejado de expresar en las calles, en foros-debates, en las redes sociales, entre otros. Seguiremos rechazando los altos niveles de corrupción e impunidad que anidan en las instituciones estatales. Nuestra consigna es clara, “ya no queremos más de lo mismo”.
Es evidente que el Estado de Guatemala no garantiza los derechos sociales básicos (educación, salud, agua, saneamiento ambiental y social, energía eléctrica). Lo que no ha resultado tan evidente es la responsabilidad de primer orden del sistema político-partidista en la construcción de un Estado que solo sirve para enriquecer a un puñado de politiqueros y garantizar el expolio del patrimonio natural y humano del país.
Quienes manifestamos en las calles de la ciudad capital, en la Plaza de la Constitución, en los departamentos, en el extranjero, en las redes sociales, así como quienes participan en los plantones, foros-debates o en la iniciativa de ayer #HagamonosElParo —AntesDeQueNosSalgaMásCaro—, lo hacemos para exigir un nuevo sistema político y social, que no tolere más corrupción e impunidad que anidan en las instituciones del Estado.
Para erradicar los altos niveles de corrupción, represión, impunidad e incumplimiento a los derechos sociales de la población guatemalteca, es de urgencia nacional la depuración y reforma de los organismos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En tal sentido, es vital que renuncie Otto Pérez Molina, porque representa a esos poderes fácticos que viven del Estado y por ello, son los principales interesados en garantizar la impunidad.
Desde el #25A, mujeres y hombres de todas las edades y estratos sociales no hemos dejado de salir a las calles a exigir justicia. No nos conformamos con la renuncia de Baldetti, Otto Pérez y su rosca de funcionarias y funcionarios señalados de corrupción. Exigimos la depuración de los organismos legislativo y judicial.
En un mes, la Cicig y el MP desmantelaron tres estructuras del crimen organizado infiltradas en las instituciones estatales. La Línea, el Bufete de la Impunidad y el fraude en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Sin olvidar el golpe propinado en septiembre del año pasado a la banda de extorsión en el sistema penitenciario liderada por Byron Lima Oliva.
“El pueblo el gigante dormido ha despertado”, decía en una de las numerosas pancartas en la multitudinaria manifestación pacífica del 16 de mayo. Más de 60 mil personas llegaron a la Plaza de la Constitución, con pancartas, música, gritos, silbatos y tambores, exigían la renuncia del presidente Otto Pérez Molina, la extinción de dominio para sus bienes, para los de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti Elías y a los integrantes de la red criminal La Línea. Y demandaban justicia y la devolución de todo lo que se han robado.
El pueblo multilingüe y multicultural guatemalteco ha despertado de ese profundo letargo en que estaba sumido, ha dado muestras contundentes de un despertar ciudadano enérgico. Por eso, cuando se hizo pública la desarticulación de la red criminal La Línea, no se conformó con expresar a través de las redes sociales su hartazgo e indignación ante la desmedida corrupción e impunidad y las políticas de expolio y explotación de la fuerza laboral que desangran a las mayorías excluidas en Guatemala. La ciudadanía se armó de valor y salió a las calles a exigir la renuncia del binomio presidencial.
En la ciudad capital y en varias cabeceras departamentales continúan las manifestaciones pacíficas, plantones y un grupo de personas está en huelga de hambre para exigir la renuncia del presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti. Pero el binomio tal si no escuchara el claro mensaje de la ciudadanía, sigue haciendo de las suyas en la Casa Presidencial. Le siguen dando rienda suelta a su política militarista y racista de reprimir y criminalizar a la ciudadanía que reclama sus derechos y toma acciones ante el engaño de empresas extractivas violadoras de derechos fundamentales.
Miles de mujeres, hombres, jóvenes, adolescentes, ancianas y ancianos acudieron el sábado 25 de abril a la Plaza de la Constitución. Fueron a manifestar porque se cansaron de la sistemática corrupción, represión e impunidad del gobierno presidido por Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. No solo manifestaron su indignación, exigieron la renuncia del binomio y rendición de cuentas ante la justicia. También demandaron justicia para esta Guatemala lacerada por esa clase política corrupta y sus oscuros financistas que apestan a podredumbre.