GUSTAVO ADOLFO MONTENEGRO
NOTAS DE GUSTAVO ADOLFO MONTENEGRO
Se venden como personajes afables, accesibles, críticos acres con la corrupción de otros partidos y feroces defensores de las causas justas (que afecten a sus contendientes), pero en cuanto logran la cuota suficiente de poder, se vuelven hoscos a quienes los cuestionan, inaccesibles cuando hay problemas, justificadores amables de las situaciones anómalas y mansos semovientes de la burocracia que rumian cuanta ley se han inventado para evadir la cuentadancia.
Pasaron volando como barriletes con el hilo cortado, los días 1 y 2 de noviembre, fechas de amplio recuerdo de todos los que ya partieron, con visa o no al cielo, con una cita en el Purgatorio intermedio o de plano con un boleto para el gran resbaladero de Dante. Nadie está libre realmente de ir a dar a donde, entonces, crea, que no merecía ir, pero ese es un asunto que se dirime aquí en la vida.
El buen payaso es inteligente y considera aún más inteligente a su público. No se desgasta en copiar las rutinas de otros ni escucha chistes en Youtube para después hacerles versión local.
El bebedor de un buen café tiene derechos y debe defenderlos: no es que sea quisquilloso o lo haga por fastidiar. "Es un cliente que paga por un producto y por lo tanto debe recibirlo en las mejores condiciones", afirma Gabriella de León, barista, catadora y promotora de una marca italiana de cafés para expreso.
El cantautor guatemalteco Ricardo Arjona le cambió la vida a 200 niños que estudian en la escuela Noemi Morales de Arjona, en la aldea Ixcanal, San Agustín Acasaguastlán, El Progreso.
La psicóloga Lorenza Laynes se ha concentrado desde el 2007 en la recuperación y fortalecimiento de la identidad de niños y jóvenes mayas que viven en zonas urbanas, especialmente la capital, en donde se ven sometidos a diversas situaciones que los hacen perder sus raíces: idioma, traje, autoestima étnica y otros indicadores culturales.
Desde la ventana del hospital la ciudad se mira mucho más radiante de lo que en realidad es. Como una de esas pantallas de alta definición: los azules se ven más azules; los verdes, más verdes, y los techos siguen oxidados, ruinosos, pero para quien está confinado por situación de enfermedad o violencia, hasta románticos y nostálgicos parecen.
A pie y a jalón llegó el entonces estudiante israelí Moshé Bachar, de 30 años, a las pirámides de Tikal, en 1980. "Era todo selvático, no era un Parque Nacional y ante aquella grandeza mi gran pregunta era ¿qué ocurrió para que de repente un centro de culto tan grande quedara abandonado?".
El idilio de Gustavo García (1962) con el Caribe comenzó hace tres décadas, cuando viajó por tren hasta Puerto Barrios, como parte de un recorrido hasta Tikal.
Solo por hoy me gastaré cinco minutos, pagados a crédito y a cuenta de los tiempos en que para mí se hayan terminado las vueltas del reloj, las lágrimas del calendario y las alertas de correo electrónico nuevo, para decir cómo te miro, te admiro, te escucho y me impresionas. Ya me gasté uno y debo apresurarme a decirte que me encantan tus curvas mojadas al amanecer.