Franck Ribéry llega al Mundial de Brasil como líder indiscutible de la selección francesa y en uno de los mejores momentos de su carrera. Tras haber pulverizado todos los récords y registros en el Bayern de Múnich, club en el que milita desde el 2007, el extremo izquierdo se ha convertido en el gran jefe de orquesta de la Francia de Deschamps.

Lo tiene absolutamente todo. Es guapa, joven, simpática, juega al futbol de maravilla, marca goles decisivos con su selección y con su equipo; la gente la adora y en poco tiempo se ha convertido en uno de los personajes más populares de Estados Unidos.