Julie López
NOTAS DE Julie López
La porosidad de las fronteras, la cooptación de autoridades, y las grandes extensiones territoriales donde puede haber aterrizajes y los narcos pueden escapar con la droga transportada, son sólo algunas de las razones por las que Guatemala todavía es un eje en el trasiego regional.
Nueve de cada 10 kilos de cocaína incautada en EE. UU. pasan por territorio guatemalteco, aseguran autoridades de ese país.
La maniobra del excandidato presidencial le evitará ir a juicio. Un reporte con evidencias que sustentan la acusación le permitirá a la corte de Nueva York establecer la sentencia que dictará en enero de 2020.
Las trampas que la DEA le tiende a los narcos, o a los aprendices de narco, persiguen capturar a la presa en EE. UU. o en un país desde donde no encuentre tropiezos un traslado a suelo estadounidense.
En mayo de 2015, una corte de Miami, Florida, sentenció a 12 años de cárcel por narcotráfico a quien el Departamento del Tesoro de EE .UU. describía como “una de las más prolíficas narcotraficantes en Centroamérica”. Ahora, ocho años antes de lo previsto, está en libertad.
El excandidato presidencial Manuel Baldizón sigue la ruta para declararse culpable del delito de lavado de dinero, en Estados Unidos, por su imputación en el caso Odebrecht.
Informes de Estados Unidos estiman que el trasiego de cocaína vía Guatemala aumentó un 400% desde 2009, aunque las rutas no han variado significativamente. Parte 2 de 3.
Pese a las capturas de jefes del narcotráfico, decomisos récord —aunque son menos del 2% de lo traficado— y miles de condenados, el trasiego de cocaína en Guatemala tiene aristas que se repiten desde hace años, solo cambian los nombres y las cantidades. Algunas rutas son las mismas y las historias hasta son claves en el juicio contra Joaquín el Chapo Guzmán en Nueva York. ¿Qué no ha cambiado y por qué? Parte 1 de 3.
En Guatemala, algunos datos del decomiso de cocaína —de varias fuentes oficiales— no coinciden entre sí, ni con cifras que el Departamento de Estado de los EE. UU. publica desde el 2016. Parte 3 de 3.
La Fiscalía en Brooklyn, Nueva York, quiere que el jurado vea una sola cosa cuando comience el juicio de Joaquín el Chapo Guzmán Loera, en noviembre próximo: que el otrora líder del Cartel de Sinaloa era un narcotraficante asesino y torturador. Pero no es tan simple. Para intentar lograrlo hizo una selección de la evidencia disponible, según consta en el expediente del caso 09-CR