Manuel Salguero España
NOTAS DE Manuel Salguero España
Dentro del curso de Avalúos de Bienes Inmuebles que se lleva a cabo en el Colegio de Ingenieros de Guatemala, se realizan trabajos de investigación inmobiliaria, sobre todo en lo relacionado con el valor de la tierra.
Ya son 15 las jornadas valuatorias que el Colegio de Ingenieros de Guatemala organiza como parte de la educación continua que desarrolla ampliamente, y como una proyección del Colegio hacia el pueblo de Guatemala.
Compre la casa en esquina porque tiene más plusvalía—, dijo el asesor, aconsejando al comprador antes de que tomara una decisión.
Aquel hombre elegante que se hospedó en el hotel puso un anuncio que decía: “Se compran monos a $10”, y de inmediato despertó la curiosidad de los campesinos, sobre todo porque había muchos monos en el bosque. Todos salieron a cazarlos y llevarlos al comprador. Cuando ya quedaban pocos monos en el bosque y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés. Entonces, aquel hombre publicó otro anuncio: “Se compran monos a $15”, por lo que los campesinos salieron corriendo otra vez al bosque. Cada vez quedaban menos monos y el anuncio siguiente fue de $20 por mono. Ya casi era imposible encontrar uno. El último anuncio publicado ofreció $50 por cada uno. Un día, el hombre elegante tuvo que atender otros negocios en la ciudad y dejó al ayudante a cargo de las jaulas, quien llamó a los campesinos y les dijo: “Mi jefe ha estado comprando muchos monos para su colección. Ahora que no está, yo les puedo vender algunos a $30 cada uno, y cuando mi jefe regrese, ustedes se los venden a $50”. Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron cientos de monos y esperaron el regreso del jefe. Desde ese día no volvieron a ver al ayudante ni al jefe. Lo único que tenían eran jaulas llenas de monos. Se cumplió la sentencia: “entre menos hay, cuesta más”.
Una tarde fresca en San Lucas, sentados alrededor de una mesa, viendo la lluvia a través de las ventanas, que suavemente caía sobre los árboles del frondoso bosque ubicado al fondo de la casa degustando arroz en leche acompañado de sabrosas tostadas con frijol, salsa y guacamol, conversábamos con varios amigos temas variados, cuando de repente uno de ellos dijo: alquilar es tirar el dinero a la basura.
Pasaron fácilmente por la garita de ingreso a la colonia a las 10 de la mañana conduciendo un picop robado. El guardia no tenía radio, no tenía saldo en el teléfono, ni garita tenía, ya que pocos vecinos eran los que daban su aporte y eso no alcanzaba ni para el sueldo del único guardia y menos para construir una garita formal. En la última reunión se habló de instalar cámaras, pero sin dinero, hasta las mejores ideas resultan vanas.
Derivado de nuestra memoria amnésica, tendemos a olvidar muchos eventos importantes, tales como las fallas por descuidos estructurales de algunos edificios para el terremoto, los daños a los puentes Incienso y Agua Caliente, el incendio de La Terminal, el deslizamiento de tierras de El Cambray y creo que pronto olvidaremos el desalojo de los diputados del edificio de la 8ª avenida acaecido hace algunos días.
Recuerdo a don René, jubilado y manejando su picop para llevar y traer materiales de construcción necesarios para darle el mantenimiento a sus casas, apartamentos y locales comerciales que tenía alquilados y que le generaban una “bonita renta” que le permitía vivir dignamente él y su esposa. Don René no sabía de finanzas, pero intuía que su negocio era bueno, y entregado con esmero y dedicación, por supuesto que sí que lo era.
¡El banco me quiere exprimir con el monto del préstamo que me aprobó de acuerdo al avalúo tan bajo que hizo de mi casa!, dijo muy enojado el cliente, después de rechazar lo que le ofrecieron. -No tomaron en cuenta el valor comercial que tiene-, insistió.
Actualmente tenemos en la dinámica inmobiliaria nuevos valores y estilos de vida que se están presentando en el mercado, haciendo que los productos ofrecidos por los promotores inmobiliarios aprovechen la utilización de diversos medios “publicitarios” para atraer-captar a un cliente potencial. Las oportunidades de los desarrolladores se traducen en un ejercicio de mercantilización urbana que se expresa generalmente en que reciclan o reforman o reconstruyen edificios viejos para darles otro uso.