Dejemos a un lado nuestras diferencias y enfoquémonos en los puntos comunes.

Queremos fuentes de trabajos dignos, con sueldos competitivos, que nos respeten y nos valoren.

La fuerza económica innovadora es la más asertiva para lograr un progreso equitativo.

Para dar voz a la comunidad migrante se debe garantizar su derecho al voto.

Perdamos el miedo para avanzar hacia el sueño de un país próspero y equitativo.

De nosotros depende hacer de Guatemala un país digno para vivir y heredar.

Seamos empáticos y preguntémonos:‭ ¿Q‬ué haría yo si la pobreza o la violencia me obligan a migrar‭?

Soñemos en grande: con una Guatemala donde podamos florecer sin tener que irnos.

Todos podemos hacer cosas extraordinarias si soñamos en grande y somos persistentes.

Evitemos que pasen otros 200 años para alcanzar nuestra independencia.