Margarita Carrera

Margarita Carrera

NOTAS DE Margarita Carrera

Dentro de las diversas facetas que representa el inconsciente descubierto por Freud resaltan, a mí entender, dos: el papel de la infancia y la “libido” —o erotismo—, que conforman al inconsciente y yacen en su trasfondo.
No cabe duda de que el verdadero padre de Jung es Freud, no solo porque aquel levanta toda su psicología con base en una constante oposición a toda teoría freudiana, sino porque hasta su mismo “inconsciente colectivo” ya había sido enunciado por Freud en su obra El yo y el ello, capítulo El yo y el super-yo (ideal del yo).
El siglo XIX, afirma Jung —al separarse de Freud—, “asiste al nacimiento de una ‘psicología sin alma’, bajo la influencia del materialismo científico…” —capítulo Facetas del alma contemporánea, en su obra Los Complejos y el Inconsciente—.
Muchos son los humanos que con gran inteligencia y alto grado de cultura emprenden la aparentemente fácil tarea de atacar a Freud y su descubrimiento del inconsciente, a pesar de los argumentos de este para demostrar el predominio de una zona oscura en la mente del humano.
Si bien es difícil encontrar contradicciones e inconsistencias en el pensamiento científico de Freud, expuesto por medio de un bello e impecable lenguaje, es sumamente fácil notar, en Jung, la falta de rigor en su pensamiento científico, que lo lleva a exposiciones a menudo contradictorias, en un lenguaje carente, además de agilidad estética.
Quien ha sido un constante lector de Freud y luego empieza a leer a Jung, lo primero que nota es la pobreza idiomática y la escasez de calidad literaria en el lenguaje jungiano. Ya uno de sus estudios: A. Astorr (en su obra Jung. Grijalbo, 1974) señala “…su propia dificultad en expresar sus pensamientos con claridad…” Para agregar en seguida: “No conozco a una persona creadora que fuera más perjudicada por su falta de habilidad para escribir”.
Si Jung hubiese continuado con la línea científica del psicoanálisis freudiano, habría llegado a la conclusión de su propio y acentuado edipismo.
Hasta ahora ningún gobierno del mundo ha tratado de profundizar en la ciencia psicoanalítica para conocer, a fondo, las leyes rigurosas a que se ve sometida el alma de los pueblos bajo determinadas circunstancias. Ni siquiera las dos potencias actuales: los Estados Unidos de América y la Unión Soviética.
Los estados afectivos se hallan incorporados a la vida anímica como residuos de sucesos traumáticos. La naturaleza —en griego “physis”— está regida por leyes inexorables. El hombre, que es parte de la naturaleza, también está regido por leyes. Antes de Freud, las únicas leyes que se conocían en el humano eran las biológicas. El mundo de la “physis” y su gobierno en el nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte en el hombre se limitaba al campo biológico.
Muchos son los marxistas que atacan a Freud. Al referirse al psicoanálisis emplean la frase: “explotación ideológica reaccionaria”, adversando la práctica de su terapia: confesión del enfermo ante el médico, quien al guardar el secreto profesional establece, al mismo tiempo, la intersubjetividad.