MARÍA DEL ROSARIO MOLINA
NOTAS DE MARÍA DEL ROSARIO MOLINA
¿A dónde te encaminas, hermosa lengua española, si te sigues dejando bombardear por los extranjerismos?
Varios lectores me han preguntado sobre el uso de lo/s, la/s y le/s. Transcribo para ellos un artículo que publiqué en 2003.
Cada vez más, en los medios de comunicación tanto hablados como escritos, leo cada atrocidad que da vergüenza ajena.
Los sonidos, o voces, que emiten los animales tienen nombres y aquí enumero unos cuantos.
Ser maestro de maestros no es cosa fácil y cuando se logra es un gran mérito.
De que a un infractor de la ley de tránsito lo remitían a un juez para que pagara multa surgieron las "remisiones".
Dedico esta columna a responder una duda respecto de una palabra y a aclarar el significado de otra.
En Hispanoamérica la "mordida" es habitual y, creo que con otros nombres, lo es en casi todo el mundo.
En español los sustantivos suelen tener género femenino o masculino, el que se determina generalmente por el mismo morfema base (raíz) y los morfemas clase "a" para el femenino y "o" para el masculino: niña / niño, perra / perro, rata / rato, etc., aunque hay otros que tienen morfemas clase 0, nariz, lápiz, árbol, sean femeninos o masculinos o morfema clase masculino aunque sean femeninos: "la mano" (con diminutivo terminado en "a" y no en "o": la manita o manecita).
Estaba absorta en la lectura de un libro, cuando sentí en mi estudio un peculiar olor a azufre muy conocido. Volví la cabeza y, sí, parado detrás de mí (no se dice "detrás mío" ni "atrás mío") estaba mi colaborador, Titivillus, el diablillo medieval que lee todos los medios escritos y escucha los hablados para pescar en flagrante delito a aquellos comunicadores que atentan contra el idioma, o mejor dicho, lo asesinan.