MARÍA DEL ROSARIO MOLINA
NOTAS DE MARÍA DEL ROSARIO MOLINA
Hay personas que creen que el término "gramática" es sinónimo de "ortografía" y no conocen el significado de "sintaxis", "morfología" y otras divisiones de las lenguas. Por esa razón recibo correos en los que me preguntan: "¿Cuál es la norma ortográfica por la que podemos saber cuándo se dice 'de que' y cuándo 'que'?".
En España constantemente se escucha la combinación de las preposiciones "a" y "por" que antes era inusual y se usa con verbos de movimiento: "Voy a por mi hija al colegio"; "vengo a por mi coche"; "salgo a por cigarrillos"; "subo a por mis libros"; "bajo a por el pan"; "corro a por el premio", aunque en la forma culta esa "a" sea de escaso uso y se prefiera: "Voy por mi hija al colegio", etc.
El deseo de adornarse es exclusivo del hombre y la mujer —los únicos seres con uso de razón, aunque no siempre— y no lo sienten los animales que se limitan a asearse. Desde los inicios de la prehistoria, cuando los seres humanos se irguen, o yerguen, (ambas conjugaciones tiene el verbo erguir) sobre sus extremidades inferiores después de la escisión del Rif buscan acicalarse.
Me preguntan mis lectores: ¿Cómo deben escribirse las oraciones que aquí suelen comenzarse con un "ay, un hay, o un allí o ahí" . v-gr.: "Ay me cuentas por teléfono qué pasó", "hay me cuentas por teléfono
", "allí, o ahí", me cuentas por teléfono
". La verdad es que después de quebrarme la cabeza, he llegado a la conclusión de que los dichos términos que suenan "ai" en chapín son muletillas inventadas para encabezar esa clase de oraciones que se apartan de la gramática adecuada, y que se trata de guatemaltequismos. A continuación analizo por qué todas están mal:
He recibido varios correos electrónicos en los que mis lectores me preguntan sobre el uso correcto de "develar, desvelar, develizar y desvelizar". Actualmente el término "desvelar" tiene dos entradas, con etimologías distintas: La primera (del latín "dis - y evigilare") se refiere a quitar el sueño o no dejar dormir a alguien:
La RAE ha anunciado que su vigésima tercera edición estará lista en octubre de este año e incluirá 6 mil entradas más que la edición anterior de 2001. Entre estas habrá no pocos americanismos y muchos términos extranjeros de tecnología adaptados al español, pues no tienen equivalencias en nuestro idioma, y son por lo tanto necesarios.
Acabo de recibir la visita de mi colaborador, Titivillus, el diablillo del medievo de quien ya he relatado que se dedicaba a llevarse al infierno, averno, báratro, tártaro, gehena, etc., a los religiosos que en los coros se comían palabras y hasta párrafos enteros por pura pereza o, peor aún, se quedaban dormidos.
Doña Irene Guzmán Almengor me ha enviado un correo electrónico en el que me expresa sus dudas sobre el uso que se le está dando al verbo "deber". Me dice mi lectora que ha leído oraciones en la que usan "deber de" en lugar de "deber", cuando el verbo implica obligación, y me pide que comente y aclare esa utilización, pues a ella le parece que no es la correcta. Tiene toda la razón mi lectora.
Todos los días leo más gazapos en los periódicos de Guatemala. Con doble indignación me enteré de que a unas pobres chicas a las que esclavizan, venidas de los pueblos, analfabetas y desconocedoras de nuestro idioma oficial, con el que sí podrían comunicarse, las hacen dormir en el lugar "donde se coce el maíz".
Por petición constante de muchos lectores, reproduzco la columna en la que expliqué la supresión de varias tildes diacríticas por la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española en la nueva Ortografía: La tilde diacrítica se emplea únicamente para diferenciar las palabras monosílabas que tienen diferente acentuación prosódica y distintos significados: