MARÍA DEL ROSARIO MOLINA
NOTAS DE MARÍA DEL ROSARIO MOLINA
El idioma español es rico en sufijos apreciativos, ya sean aumentativos, diminutivos, despreciativos, etc.
Estoy recolectando los errores que se cometen al mencionar los numerales en forma oral o escrita —me dijo Titivillus, el diablillo medieval (o medioeval, de ambas formas es adecuado) —y no te imaginas la gran cantidad que he encontrado.
Una de las palabras que más dolores de cabeza dan para emplearla adecuadamente es “medio/a”, por sus múltiples funciones.
Aunque anteriormente he escrito sobre los usos de allí, ahí, allá y acullá, ahora explico un uso de “ahí” que es propio de México y parte de Centroamérica.
Mi colaborador, Titivillus, el simpático diablillo medieval encargado de cargar con las almas de todos aquellos que hablan mal y escriben peor a uno de los antros del infierno, se presentó en mi casa con un anuncio de alquiler de aviones.
Manolo García, mi colega periodista desde hace varios años (sí, también escribí reportajes como periodista; no solo soy columnista y por eso me atrevo a llamarme periodista) me ha sugerido que comente algo sobre el uso del prefijo autónomo “ex”, pues lo escriben separado en algunos periódicos, pero según la nueva Ortografía (2010) se une a la palabra, excepción hecha de ciertos casos.
En mis dos columnas anteriores mencioné a Tata Lapo y a Tata Pinquín y varios lectores me han preguntado el porqué de dicho apelativo.
Recuerdo ahora ciertas frases y localismos que los jóvenes ya no usan: los han cambiado por otros, han reducido su vocabulario o se limitan a enviar emoticonos por sus celulares (en otros lugares “móviles”).
Dicen que el tiempo, Cronos para los griegos y Saturno para los romanos, se come a sus hijos, y en el idioma es cierto.