Pedro Trujillo
Doctor en Paz y Seguridad Internacional. Profesor universitario y analista en medios de comunicación sobre temas de política, relaciones internacionales y seguridad y defensa.
NOTAS DE Pedro Trujillo
Es evidente que nos despegamos burocráticamente de un imperio del otro lado, pero seguimos encadenados a otro más cercano y a nosotros mismos.
<em>La dictadura cubana, la nicaragüense y la venezolana, son de izquierdas -de extrema izquierda- por más que se silencien lo términos dictadura y extrema izquierda</em>.
Somos una sociedad callada que acusa los golpes silenciosamente, se queja en voz baja y permite el abuso por costumbre y por temor.
Los dictadores —todos diferentes pero con idéntico espíritu autoritario— lo saben y su estrategia es muy sencilla: resistir al tiempo.
La realidad es que cada quien jala para su molino, y sobre todo priman sus intereses, importando un soberano carajo el resto de la humanidad.
<em>Las dictaduras existen porque las democracias lo permiten y a esos personajes, sencillamente hay que aislarlos política y económicamente, y dejarse de medias tintas</em>.
El señor Biden, desde que reconoce no estar en condiciones de reelegirse, asume, al menos en parte, que tampoco lo está para continuar desde ese momento.
Después de 30 días con una autopista semicerrada, serán esos dos actores, vilipendiados por quienes ahora los utilizan, los que solucionen un problema nacional.
Por lo tanto, 2025 es el año de la batalla final, ya que desde ambos extremos —y sin entrar a valorarlos— no queda de otra que la desaparición del contrario.
La casta se ve perdida, defraudada, abandonada y sin horizonte claro, porque las cosas no han salido como pensó en su enfermizo optimismo.