Rita María Roesch

NOTAS DE Rita María Roesch

A finales de este mes de septiembre, el Congreso aprobó la Ley de Alimentación Escolar en el área rural. La ley incrementó de  Q1.11 a Q3  diarios por niño  para el  2018, y a  Q4  para el   2019. Vamos rezagados  en este tema de     vida o muerte  porque  la mitad de la población infantil  padece  altos niveles de  desnutrición. Si en las escuelas se empezara entregando, al menos,   una  merienda nutritiva, principiaría el  cambio que  marcará  una diferencia en  sus vidas.  La  ley exige que  los menús se basen en los  productos locales donde se encuentre la escuela.
Me  alegra  profundamente que el Premio Nobel de la Paz, le  fuera otorgado a la “Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares”,  ICAN (siglas en inglés). Beatrice Fihn, directora de la coalición manifestó que,  el balance de armas nucleares  en   el mundo hoy   se encuentra  muy frágil.  Muchos países están modernizando sus arsenales por lo que el peligro aumenta. Si  las armas nucleares no son prohibidas de forma total,  la tragedia es inminente.   La carrera armamentista principió luego  de las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki, Japón, en 1945.  El hongo infernal oscureció el cielo y mató  a 140 mil personas,  otras 100 mil fallecieron, años más tarde,  víctimas de la radiación.  Albert Einstein escribió sobre una  fotografía que mostraba  la ciudad  de Hiroshima totalmente devastada: “Si hubiera imaginado que mis trabajos sobre el uranio, como fuente de energía, servirían para esto, habría preferido ser un simple plomero”. Hiroshima se convirtió en el  símbolo de la lucha por la paz y el desarme nuclear. Pero la  amenaza sigue  latente.
La semana pasada ocurrieron  eventos que sacudieron nuestra cotidianidad.  Por un lado, en la esfera nacional,  la solicitud del MP y de  la Cicig  de retirarle la inmunidad al alcalde Álvaro Arzú.  Por el  otro,  en el ámbito internacional, el triunfo del  gimnasta  Jorge Vega López, el  primer guatemalteco que alcanza un quinto  lugar en salto al potro,  en el Campeonato Mundial de Gimnasia en Montreal, Canadá. Jorge es pasión en acción. Es  imparable. En este año,  2017,   obtuvo la medalla de oro en la Copa del Mundo de París, y la de plata en la Copa del Mundo de Hungría. ¡Desde mi Ventana le doy las gracias!  ¡Su ejemplo  de decisión, voluntad, coraje e integridad nos inspira! Jorge encarna esos valores que  son la materia prima para forjar un  espíritu noble y fuerte. No es casualidad que,  en esta coyuntura  de combate a la corrupción en Guatemala, un joven como él nos señale  el camino. “Y vaya que no es  fácil, pero es el camino”, confirmó  el Clarinero.
Salí a caminar muy temprano en la playa. El vasto horizonte del mar  azul-turquesa,  que inspira, se había tornado en un mar de color café. La  espuma blanca, que ribetea las olas,  era de  un  amarillo terroso. El paisaje era desolador.  Era evidente que  las  corrientes  de agua lodosa y contaminada,  por toda clase de desechos que arrastran nuestros ríos muertos,  habían entrado de nuevo  al mar.  Esa agua sucia  extermina  la vida  marina.  El mar se defiende y,  como puede, expulsa la  basura. Por eso,  en esta época de año,  las playas  quedan cubiertas, obscenamente, de basura.   Este espectáculo triste lo aceptamos  como parte normal  del invierno.   Eso, a mi juicio, nos   pinta  como una sociedad indolente e irresponsable. ¿Qué estamos haciendo para detener   la contaminación fluvial y marítima?  Óscar,  un joven salvavidas,  me dijo:   “Señora, no se preocupe.  Cuando termine el invierno  vendrán  los mejores meses. El mar estará otra vez azul”. “ Sí, Óscar,” respondí,  “cuando terminen las lluvias el mar estará limpio,  pero si seguimos tirando la basura en vertederos clandestinos y seguimos contaminando los ríos con toda clase de sustancias tóxicas, cuando el  invierno regrese  el mar volverá a estar café. Los mejores meses retornarán hasta que protejamos nuestras fuentes de agua que nos dan vida y bienestar a todos”.
Christa Schieber de Lavarreda, eminente arqueóloga que investiga el milenario sitio maya de Takalik Abaj,  me envió una carta con una sentida reflexión sobre la pesadilla que vivió el sábado pasado,  a raíz del  agujero de tres metros  que se abrió en el puente Guachipilín,   entre Mazatenango y Cuyotenango. El hundimiento  paralizó  la   circulación del transporte liviano y pesado que va y viene a  la frontera con México.  Por el  mal estado de nuestra infraestructura vial, Christa ha tenido  que salir  los sábados de madrugada  del Parque Arqueológico Nacional Takalik Abaj, ubicado en el municipio de El Asintal, Retalhuleu. El  viaje normal hasta la ciudad capital duraba tres a cuatro horas. En los últimos meses,    aumentó a  seis horas y el sábado pasado rebasó el límite de la paciencia: ¡11 horas!  Sintetizo  algunos párrafos de su carta titulada: El costo social de un agujero de 3 mts.
“El país no se arregla solito.” Con esta  frase puntual,  el licenciado Alejandro Balsells Conde concluyó su columna en Prensa Libre titulada, Diálogo sí, ¿entre quiénes?,   el  miércoles 20 de septiembre,  cuando se llevó a cabo pacíficamente el paro nacional en rechazo a la corrupción y a  la impunidad.   El Lic. Balsells nos recuerda que, además de manifestar, es imprescindible organizarnos para  armar propuestas.  La evolución de la crisis demuestra que Guatemala atraviesa  por un punto de no retorno. A la par de resolver la emergencia nacional, agravada por la renuncia de tres ministros claves,  Gobernación, Finanzas y Trabajo, es urgente desarrollar una agenda  con acuerdos básicos,  entre todos los  sectores ciudadanos  para sacar al  país  del estancamiento.
Duele ser testigos de lo que han sufrido   decenas de  familias al perder sus viviendas por el  fuerte sismo ocurrido  el   jueves 7 de septiembre. Xela, Suchitepéquez, Quiché, Totonicapán San Marcos y Huehuetenango fueron los departamentos  más afectados.  En junio,  esta misma  región sufrió otro sismo fuerte de  6.6 grados. Guatemala es un país sísmico pero  parece que se nos olvida.  No aprendemos la lección porque los  mismos problemas, pérdidas humanas y materiales  vuelven a ocurrir.  Esta recurrencia  provoca un  segundo  dolor, un dolor  mayor,  porque sabemos que “no  podemos detener los terremotos, pero sí podríamos detener a  la pobreza,” agregó el Clarinero.
La física clásica, la que ha sustentado a  la cultura de Occidente,  comenzó con un simple y trivial evento de la vida.  Cuentan que,  en el año 1581,  Galileo Galilei, con apenas 17 años, escuchaba  la liturgia  en la Catedral  de Pisa, su pueblo natal.  El sermón le aburría, así que al dirigir  su mirada hacia el techo  se percató de que el hermoso candelabro que colgaba de una larga cadena se movía. Galileo observó que  al principio  se  movía de prisa.  Luego  las oscilaciones bajaron  de  velocidad. Se  le ocurrió comparar las pulsaciones de  su corazón,  presionando el dedo índice en su muñeca con  las oscilaciones de la lámpara. Con asombro, descubrió  que el movimiento pendular del candelabro y las pulsaciones de su corazón coincidían: 60 pulsaciones por minuto del corazón de Galileo,  correspondían, matemáticamente, a los 60 movimientos que el candelabro hacía de derecha a izquierda. Así fue como nació el primer reloj mecánico automático del mundo que sería capaz de medir los segundos, las horas  y los días de todos los años.
Nunca en mi vida me imaginé que el desarrollo de Guatemala vendría primero desde el lado de la justicia y después  vendría a alcanzar la prosperidad  económica.  Como muchos otros chapines, he estado confundida todos estos años.   Siempre hemos  pensado que el cambio de país sucedería,  primero, desde lo económico.   Pero los hechos que estamos viviendo hoy nos demuestran lo contrario. “En  el camino que Guatemala ha tomado, abrir las puertas a la justicia es la antesala para llegar al desarrollo”, confirmó el Clarinero.
(Los guatemaltecos anhelamos una vida digna. El arduo trabajo del  comisionado Iván Velásquez  ha propiciado esa posibilidad antes remota. ¡Apoyamos su permanencia!)    Después de los aguaceros que cayeron en este mes de agosto circularon,  en  los medios de prensa, tristes imágenes  mostrando nuestros lagos, ríos y playas inundadas por  toda clase de desechos sólidos. La  mayoría de ellos son  plásticos flotando en sus aguas.  Duele el descontrol total del manejo de la basura en Guatemala. Duele que seamos tan irresponsables.  Cindy Espina escribió una nota describiendo que en  la laguna de retención del Lago de Amatitlán  cayeron “…30 mil metros cúbicos de desechos sólidos. Esto significa alrededor de 3 mil viajes de camiones de diez metros llenos de basura, los cuales, formados en línea recta, llenarían 300 canchas de  fútbol”. elPeriódico, 15.08.17.