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Rita María Roesch
NOTAS DE Rita María Roesch
“Guatemala vale la pena, aunque por momentos la situación del país nos desanime”, confirmó el Clarinero. Vivimos una etapa complicada de transición. Por un lado, percibimos la intención de una nueva Guatemala que quiere nacer, pero por otro vemos cómo surgen grupos oscuros que lo impiden, cuestionando el trabajo del MP y la Cicig. Además han aparecido organizaciones campesinas que, en lugar de proponer soluciones, generan más conflictividad de la que ya existe. Si queremos salir adelante tenemos que sumar esfuerzos ¡todos los sectores! Urge trabajar en una agenda mínima, consensuada, para atender el hambre de miles de familias. Necesitamos resolver la vergonzosa precariedad de los servicios de salud y educación. Hacen falta proyectos sostenibles que generen empleo y mejores ingresos. Se debe depurar a fondo el Organismo Judicial, que es la columna vertebral del Estado porque, si sigue siendo cooptado por jueces y magistrados corruptos, Guatemala no renacerá.
El pasado 15 de febrero asistí a la exposición de 30 acuarelas, dibujos y tintas, todos extraordinarios, del paisaje natural de la costa sur de Guatemala, de Carmen L. Pettersen, en el Museo Ixchel del Traje Indígena. A Carmen se le ha conocido más por su libro Maya de Guatemala, que ilustró con 61 acuarelas de una finura indescriptible. Fue publicado en 1976. Rosina Cazali, curadora y escritora, comenta que esta obra “es la referencia documental más importante y completa de trajes y textiles del altiplano”. Ahora bien, yo creo que la pasión de Carmen se dividió entre la pintura de paisaje y la recreación de su jardín secreto de la Costa Sur. Lo demuestra la vasta obra que comprende más de 400 pinturas; la mayoría acuarelas, que documentan el ecosistema natural de la Costa Sur. Es por eso que la exhibición reciente fue titulada Naturaleza, Cultura y Paisajes de la Bocacosta Guatemalteca, 1930-1984. Carmen captura el espíritu recio de la selva virgen. “Su pincelada magistral manifiesta la vocación de paraíso de nuestro territorio, que evoca su nombre original “Guatemala, tierra de bosques”, agregó el Clarinero.
El Ministro de Cultura y Deportes, José Luis Chea Urruela, invitó el 14 de febrero de este año 2017 al solemne acto del cambio de la rosa de la paz en honor de los señores José Luis Ralda González y su hija, Licda. Ruth Rocío Ralda Villa de León, en el Palacio Nacional de la Cultura. Los señores Ralda donaron 22 manzanas de terreno para que fuera creado el Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, que se encuentra en el municipio El Asintal, Retalhuleu, en el sur de Guatemala. Este fue el sueño de don Manuel Ralda Ochoa, quien lo heredó a don José Luis y este, a su hija Rocío. El parque comprende al magnífico y milenario sitio de Tak’alik Ab’aj (TA). Esta ciudad ancestral cuenta con una historia larga de más de 17 siglos. Floreció por primera vez 800 años a.C con la cultura olmeca. Luego, 400 años más tarde, floreció por segunda vez con la cultura maya, “¡y ahora, en este siglo XXI, gracias a esta donación, que salvó a esta ciudad, que es un tesoro cultural invaluable, puede ser elegida como Patrimonio de la Humanidad!, cantó el Clarinero.
En la ciudad capital y en los municipios aledaños, entre ellos Santa Catarina Pinula, asesinan a jóvenes y adultos casi todos los días, debido a las extorsiones, que se han convertido en un negocio muy rentable para las maras. Es por eso que decenas de pequeños negocios han cerrado. Quien no paga ¡muere! “Se extorsiona a quien prospera”, susurró el Clarinero. “Ya no se aguanta”, dice doña María. En enero, los pandilleros, que son fuertes estructuras criminales organizadas por el narco, mataron a Jorge, su hijo, porque no pagó la extorsión. Era mecánico, tenía 20 años y sostenía el hogar También se extorsiona a los directores de los institutos, a los maestros de las escuelas, a los pilotos de buses y a los taxistas. El martes 14 de febrero fueron asesinados cinco taxistas en distintas zonas de la ciudad. La saña de los criminales aumenta. Llora sangre la muerte de Carlos y Óscar, los niños de San Juan Sacatepéquez que fueron secuestrados y luego asesinados. Las muertes violentas suman 500 en estos dos meses que van del 2017.
El gran escritor de ciencia ficción H. G. Wells diría que los países nórdicos se han adelantado 30 segundos en el tiempo. Ese paso adelante es evidente en la calidad de vida de sus habitantes. El sistema educativo tiene el propósito de desarrollar el potencial de cada niño, no “homogeneizarlo”, anulándole su creatividad. Algunos anuncios en la televisión no solo mercadean productos, sino generan reflexión en la teleaudiencia. Una querida amiga me mandó un espot de tres minutos creado por el Canal TV-2, de Dinamarca. El video lleva millones de reproducciones en Youtube. Se titula: All that we share. En español, Todo lo que compartimos. ¿Ya lo vio, estimado lector? Por si no lo ha visto lo comento hoy en este espacio, y si le interesa búsquelo en la web.
Estamos viviendo tiempos de prueba. Existe una fuerza que busca cambios, pero otra se resiste a ellos. Lo vemos a nivel mundial, con eventos sin precedentes como el controversial decreto de Trump sobre los inmigrantes y refugiados. Esa decisión sacudió al planeta. Las protestas en Estados Unidos y en el mundo “casi sacan a la Tierra de su órbita”, agregó el Clarinero. En Guatemala también tenemos terremotos. Existe un pulso entre quienes buscan transparentar nuestras instituciones para fortalecerlas y los grupos corruptos que se oponen. Se resisten a perder prebendas: dinero y poder. La sacudida reciente ocurrió en el Organismo Judicial. La CC anuló la elección de Silvia de Valdés para presidir la CSJ por anomalías y ordenó repetir la elección.
Una parábola judía cuenta que “cuatro hermanos participan en la ceremonia de Pascua. Pero un quinto hermano falta, no se sienta con ellos en la mesa. Sin él, la ceremonia está incompleta”. Las familias en condiciones de pobreza, los adictos, los reclusos son ese quinto hermano. Como sociedad los rechazamos. Los invisibilizamos. Asumimos que no pueden cambiar. No les damos una segunda oportunidad. Cuando una sociedad apoya al quinto hermano y hermana, las cárceles se vacían, ¡como en Holanda!
Hoy asume la Presidencia de Estados Unidos Donald Trump. La percepción mundial no es de celebración, sino más bien de incertidumbre y temor por su discurso antiinmigrantes. Se repudia también la posible intervención rusa para favorecer su elección. Espero que su equipo de trabajo logre acuerdos transparentes entre las naciones para calmar las circunstancias conflictivas que se suscitarán globalmente. En Guatemala, esta semana fue agitada. Desde vergonzosos señalamientos en contra de varios magistrados de la CSJ hasta la captura del hijo y del hermano del presidente Jimmy Morales por el caso de corrupción en el Registro de la Propiedad Inmueble. Estas circunstancias apelan a una reflexión sobre valores como el de la honestidad.
La gran pregunta que nos hacemos en este 2017 es ¿dónde está la plaza? ¿Qué fue de la ilusión de hacer una nueva Guatemala? Cuando regreso al pasado, para la Revolución de Octubre en el 44, la organización de los maestros y los estudiantes fue el pulso sensible de Guatemala. Esa protesta cívica no se volvió a repetir hasta el 2015, cuando miles de chapines indignados por la pérdida moral evidente en nuestras instituciones exigimos la renuncia del binomio presidencial. En esas marchas pacíficas de los sábados, a partir del mes de abril del 2015, privó la unión entre todos los sectores. ¡Por primera vez las ideologías no fueron una barrera! Caminamos juntos por las calles sin temor y con alegría. Las protestas cumplieron su objetivo.
Estamos en el nuevo año 2017 y los pronósticos no son muy alentadores en Guatemala y en el mundo. Es por eso que quiero compartir un pensamiento de Robert Menzies. Sus palabras me han acompañado durante muchos años de mi vida. Me encontré con este pensamiento de Menzies leyendo el libro Florecimiento y Decadencia de la Civilización Maya, escrito por el reconocido mayista Eric Thompson. Dice así: “Un hombre con un profundo sentido de continuidad se mira a sí mismo no como una unidad accidental destinada a desaparecer en pocos años, sino como alguien que forma parte de una gran procesión que ha sido influenciada y ayudada por aquellos que le precedieron, por lo que, en su tiempo, se siente responsable de ayudar e inspirar a aquellos que le seguirán después”.