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Rita María Roesch
NOTAS DE Rita María Roesch
Nunca imaginé que tendría la extraordinaria oportunidad de conversar un momento con el papa Francisco, que, a mi juicio, es uno de los pocos líderes ejemplares en el mundo de hoy. La vida me permitió estar presente en una audiencia general que ofreció Su Santidad, en la magnífica plaza de San Pedro, en la ciudad del Vaticano, el pasado 28 de septiembre. El lugar privilegiado donde me encontraba permitió que pudiera decirle que yo era periodista, que en Guatemala rezábamos por él. Que en nuestro país le admirábamos profundamente por su coraje y liderazgo en este mundo amenazado por el cambio climático, la pobreza, el terrorismo, las guerras que cobran miles de vidas inocentes, especialmente de niños. Su Santidad me escuchó atento, como escucha a todos los que se le acercan. Su mano cálida apretó mi brazo, juntó mis manos, me miró bondadosamente a los ojos y con voz suave y clara me dijo: “¡Escriba mensajes positivos, cargados de esperanza! El mundo lo necesita en estos tiempos difíciles”.
Carl Grimberg, eminente historiador, inicia su libro con el título Roma, comentando que, en el año 753 antes de Cristo, se fundó en el Lacio una pequeña ciudad que la historia denominaría “eterna.” ¿Quién hubiera creído entonces que esa aislada aldea crearía un imperio mundial y marcaría su huella en el mundo entero? “Todos los caminos llevan a Roma”, y Roma fue durante siglos, en la historia de la humanidad, el centro del mundo; primero desde el punto de vista político, luego, en la esfera religiosa. Más adelante figuró como un centro artístico y literario.
Uno de estos días decidí llevarme en el carro Diario de un escribiente, del genial poeta, dramaturgo y periodista Manuel José Arce. Decidí leer algunas de sus columnas publicadas en el Diario el Gráfico en los años 70, para calmar la tensión que provoca la espera en el torbellino del tráfico. Aquí les dejo uno de sus frescos e ingeniosos artículos que cumple muy bien con ser un alivio contra la locura de ser esclavos del tiempo. La columna se titula: No tan de prisa.
Tomé ixbut para que me bajara la leche cuando amamanté a mis dos hijos. Cada vez que viajo al Lago de Atitlán entro al tuj, el baño de vapor maya, y salgo totalmente renovada. Una amiga k’iché’ me recomendó matasano para la presión alta de un familiar y, si era necesario, que tomara un té de semilla o corteza de la ceiba, por sus propiedades diuréticas. Total, los chapines mayas y no mayas hemos crecido utilizando remedios tradicionales junto con la medicina occidental. Cuando la ministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack, tomó la excelente decisión de darle luz verde al Modelo Incluyente e Integral de Salud (MIS), algunos guatemaltecos pegaron el grito en el cielo. ¿Por qué? Me alegra que la ministra Hernández se sienta comprometida con su trabajo. Guatemala necesita líderes así. Hago la salvedad de que no la conozco. Simplemente su trabajo trasciende.
El pasado domingo, 11 de septiembre, una amiga querida me sorprendió al enviarme, por Facebook, la documental ¡Viva Arévalo! que realicé para el Ministerio de Cultura y Deportes hace 27 años. Al verla, después de tanto tiempo, me conmovió el histórico mensaje narrado por el mismo Dr. Arévalo. Una Guatemala grande fue su sueño. Sentó las bases para que lo fuera, a pesar de que durante su mandato resistió 25 golpes de Estado. Su gobierno contrasta con la administración actual; un Estado débil, copado por la corrupción y la impunidad, a pesar del gran trabajo que realizan, en el sector justicia, el MP, la Cicig, jueces que han logrado permanecer independientes de los poderes oscuros y la participación de una ciudadanía más consciente.
Estimado lector, si ud. quiere ser testigo de cómo una película cómica se convirtió en una pesadilla busque en You Tube la escena de la película The Naked Gun-fish scene. El film se traduce La pistola desnuda. Se estrenó en 1988. Esta película es protagonizada por el cómico Leslie Nielsen, como el teniente de policía Frank Derbin. Su compañero, el policía Nordberg, es herido en un tiroteo suscitado por una banda de narcotraficantes. Derbin sospecha que el jefe de la banda es el magnate naviero Vincent Ludwig. La escena se desarrolla en la lujosa oficina del magnate, y este le muestra a Derbin dos de sus “objetos preferidos,” los exóticos peces león. Ludwig comenta que cada ejemplar le ha costado $20 mil dólares y agrega, con evidente pedantería, “los peces león reflejan mucho de mi personalidad, son bellos, elegantes y mortales cuando encuentran lo que desean”.
El arquitecto chileno Alejandro Aravena es el director artístico de la 15ª Exposición Internacional de Arquitectura, en la Biennale di Venezia, que se lleva a cabo desde el 28 de mayo hasta el 27 de noviembre del 2016. La imagen que Aravena utilizó para describir el espíritu innovador de la exposición artística es la foto de una mujer, rozando los 70 años, que está subida en el último escalón de una escalera de aluminio, en medio del desierto, avizorando el horizonte. La foto es real y es portadora de una historia asombrosa que tiene que ver mucho con Guatemala.
Me entusiasma profundamente la nominación de la antropóloga, economista y brillante diplomática costarricense Christiana Figueres para ocupar el puesto de Secretaria General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En el año 900 d. C la ciudad de Tak’alik Ab’aj (TA) fue abandonada por sus habitantes. Antes, y durante 17 siglos, su brillante historia transcurrió de manera ininterrumpida. En sus inicios, 800 años a. C, compartió su visión con la cultura Olmeca. Pero, de acuerdo con los estudiosos, 400 años más tarde se alió con Kaminaljuyú. Esta alianza generó cambios en sus conceptos ideológicos, en su estilo artístico e incluyó la escritura y el uso de cuenta larga que fortalecieron las bases de la cultura maya temprana.
El fin de semana pasado disfruté del mar, y de la conversación con unos queridos amigos amantes de la lectura. Les dije que estaba por escribir una columna para recordarle a los chapines que la Feria del Libro (Filgua) se llevará a cabo del 14 al 16 de julio en el Parque de La Industria. A mi juicio, es una de las iniciativas más valiosas en Guatemala. Como me dijo un maestro que aprecio: “Nunca dejes de leer porque dejarás de aprender”. Ese pensamiento ha sido clave en mi vida. “En esta era del conocimiento, quien aprende avanza; si no, se estanca”, susurró el Clarinero.