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Rita María Roesch
NOTAS DE Rita María Roesch
Es increíble la similitud que existe entre la situación que vive Guatemala hoy en día y lo que ocurrió en Tak’alik Ab’aj (TA) hace 2,500 años. Me refiero a la etapa de transición que estamos viviendo actualmente y que, me imagino, vivieron los antiguos habitantes en TA durante el Preclásico Medio, 350 antes de Cristo (a.C), cuando ocurrió el cambio de un sistema social a otro: el tránsito de la visión olmeca a la maya. Los arqueólogos, Christa Schieber de Lavarreda y Miguel Orrego Corzo llevan tres décadas de investigar el sitio, pieza por pieza, con paciencia infinita, armando su inédito rompecabezas. Les ha sorprendido cómo, en esta ciudad sagrada, sus antiguos habitantes integraron los elementos de la cultura olmeca para darle paso a la maya. Para comprender este cambio trascendental, el reciente hallazgo de una estela lisa de cinco toneladas y de dos fragmentos de piedra exquisitamente tallados, clasificados como monumento 253 a y 253 b, son la clave.
La imagen en la primera plana del domingo 5 de agosto de Prensa Libre era la de una playa cubierta de toda clase de desechos, especialmente plásticos. El título era directo ¿Vivir sin plástico? Cuestiona nuestro sistema de vida. Todos sabemos que el plástico ha sido una herramienta muy útil pero tiene un lado oscuro, no es compatible con la vida natural de nuestros ecosistemas. Los mata y si acaba con ellos, tarde o temprano acabará con nuestra propia vida humana. ¿Qué estamos haciendo para solucionarlo?
A los ciudadanos conscientes nos duele Guatemala. Nos duelen sus instituciones débiles, obsoletas y permeadas por la corrupción. Nos duelen sus altos índices de pobreza y violencia que obligan a cientos de familias a migrar. Solo en este año 2018 se han reportado más de mil muertes de mujeres. Vivimos tiempos agitados. La incertidumbre nos provoca temor y nos paraliza. Estos sentimientos negativos alteran el ánimo. Minan el espíritu de lucha y es que tenemos que seguir adelante, no podemos desmayar, porque ¡Guatemala vale la pena! Hoy reflexiono en voz alta sobre la habilidad de encontrar la calma en medio de las tormentas. Asumir una actitud serena en circunstancias difíciles es un arte que se aprende para rehacernos cada día. Es una actitud fundamental que ayudará en el trabajo como en el hogar.
Mientras escribo esta columna me entero de que Luis Rabbé fue capturado en México. Hace 5, 10, 20, 30 años esto era algo impensable. Cuando trabajé para el telenoticiero 7Días, a finales de los años 80, el poder de Luis Rabbé era tal que aplastaba a sus enemigos. Ese tipo de empresarios-políticos controladores de la vida nacional, dinosaurios, no podrán dominarnos más. Creo que este es un caso especial que anuncia cómo será el 2019, cuando en junio acudamos a votar en la primera vuelta. Espero que, para entonces, varios dinosaurios hayan desaparecido del escenario político. Por algo seis expresidentes del Congreso se encuentran privados de su libertad.
¿Es la arqueología tu primer amor?, pregunté a la eminente arqueóloga Bárbara Arroyo. Sonriendo con los ojos respondió: “No. Es es mi familia. Gracias a su apoyo incondicional hago lo que hago. Pero, sí, mi segundo amor es mi trabajo. La arqueología es parte de mí misma”. ¡Allí está el secreto! Cuando trabajamos con amor y dedicación inspiramos a otros a que hagan lo mismo. Nuestra luz enciende otra luz. Conversé con Bárbara en el Parque Arqueológico Kaminaljuyú. Desde el 2010 lo coordina y lo ha transformado. Antes de su dirección el parque era considerado un lugar peligroso. Se reportaban cinco mil visitas anuales, hoy llegan cien mil. Bárbara construyó un Centro de Visitas donde se exhibe información general de esta ciudad que fue una metrópoli maya. Kaminaljuyú se desarrolló alrededor de una laguna que fluía en lo que hoy son las calzadas Roosevelt y San Juan. La ciudad estuvo ocupada desde 1,200 a. C. hasta el 900 d. C.
Desde mi ventana invito a los chapines para que visiten el Museo Popol Vuh. Este centro cultural posee una de las mayores colecciones de arte maya en el mundo. Al recorrer sus salones, que ilustran la historia de la Guatemala prehispánica y la colonial, se vive una experiencia inolvidable. Y es que, por amor a Guatemala, Jorge y Ella Castillo fundaron este museo y le pusieron Popol Vuh en 1977. En 1978 entregaron su preciosa colección de objetos prehispánicos y coloniales a la Universidad Francisco Marroquín para que el museo fuera construido formalmente y contribuyera a forjar la identidad de los guatemaltecos. Este año 2018, el museo está de fiesta. ¡Celebra 40 años de brillante trayectoria! Entre los eventos memorables en honor de su aniversario está haber recibido un facsímil, una copia fiel, del manuscrito del Popol Vuh que se encuentra en la Newberry Library de Chicago. Esta donación es un gran regalo para el museo, como también para Guatemala. ¡Muchas gracias! Esta es la segunda copia del original que se tiene en el mundo. La primera fue donada a la municipalidad indígena de Chichicastenango, pero no está a disposición del público.
Sorprende que la CC determinara la reducción de penas para los femicidas.
La Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua) se llevará a cabo del 12 al 22 de julio. Celebro hoy este evento cultural desde la insólita sabiduría de la cultura maya antigua, que es una raíz profunda en el corazón de Guatemala. Entre los logros sobresalientes de su civilización está su sistema de escritura jeroglífica. Gracias a ella, conocemos su historia inscrita en los altares, estelas, murales, piezas de cerámica, como también en sus textos pintados en forma de códices. Celebro que el invitado de honor en esta XV edición sea Francia. Tenemos una estrecha relación intelectual, especialmente por su interés en la cultura maya. Viene a mi mente el abate Charles Etienne Brasseur de Bourbourg, quien a finales de la década de 1860 tradujo al francés el Popol Wuj: “Le libre sacré de l’antiquité americaine” (El libro de los mitos sagrados de los antiguos americanos). Se cree que este manuscrito fue escrito en idioma k’iche’, con ayuda del alfabeto castellano, por un indígena que había sido cristianizado. En 1925, en París, salió a luz otra traducción al francés del Popol Wuj, la de Georges Raynaud, quien fue catedrático de Miguel Ángel Asturias. Esta edición es importante, porque Asturias y J. M. González de Mendoza tradujeron esa edición de Raynaud al español, y fue la que empezó a circular en Guatemala a través del Ministerio de Educación.
La noche del 18 de junio, en los medios de prensa y por las redes sociales, circularon varios audios con el llanto desgarrador de niños, especialmente de los más pequeños, de 2 a 4 años, cuando los agentes de Migración de EE. UU. en la frontera con México los separaban de sus padres que trataban de cruzarla ilegalmente. Los adultos eran enviados a una cárcel federal para procesarlos y los niños, a un refugio. No quiero imaginar el pánico que sintieron cuando se vieron ¡solos! en una “jaula o celda”. Sin duda, esa experiencia marcará sus vidas para siempre. Esa política inhumana, que se venía practicando sin contemplaciones desde hace algunos meses, se denomina “tolerancia cero”. Sin embargo, desde ese lunes 18, las voces de protesta saltaron alrededor del mundo. Desde el papa Francisco hasta la misma población estadounidense solicitó al presidente Trump que la reconsiderara. La ex primera dama Laura Bush lo lamentó diciendo: “Esta política de tolerancia cero es cruel, es inmoral y me rompe el corazón”. Y la misma primera dama, Melania Trump, deploró que fuera aplicada. Su portavoz expresó que la señora Trump considera que se deben respetar las leyes del país, pero que EE. UU. debe gobernar también con el corazón. Que “odia ver a los niños separados de sus familias”. PLibre. pág. 5, 19.06.18.
“La vida que vives, y no los recursos que dejas, es tu verdadero legado”, susurró el Clarinero. Este sabio refrán ha rondado en mi mente luego de la tragedia que han padecido cientos de familias por la erupción del Volcán de Fuego. Nos plantea la fugacidad y fragilidad de nuestras vidas. La importancia de hacer un alto en el camino y revisar la dirección de nuestros pasos. No en balde Sócrates sugería “conócete a ti mismo”. Muchas veces el trabajo que tenemos nos obliga a sacrificar nuestros talentos. Resolver ese reto exige de chapines creativos consientes de sí mismos y del contexto nacional. Descubrir nuestro propósito más alto en la vida es fundamental para encontrar nuestro camino. Porque la vida es más que comer, pelear o poder.