Sadio Garavini Di Turno

NOTAS DE Sadio Garavini Di Turno

La OEA y la Unasur son organizaciones intergubernamentales que reflejan los intereses y las orientaciones ideológicas de los gobiernos que las integran en cada período histórico. La OEA en los 60 y 70 no se ocupaba de democracia y derechos humanos, y afirmaba en cambio que los principios de no intervención y soberanía estatal eran principios absolutos.
Frente a las protestas, iniciadas por estudiantes en contra de la inseguridad y de la crisis socioeconómica, el Gobierno ha reaccionado con una represión que ha producido dos decenas de víctimas mortales, centenares de heridos y detenciones arbitrarias. La represión implica la acción conjunta y a veces coordinada de fuerzas policiales y militares con la de grupos civiles armados, cuya actuación es muy similar a las de las S.A. nazi, las camisas negras fascistas y las brigadas de respuesta rápida (BRR) castristas.
La Unidad Democrática ha logrado que el apoyo al régimen pase del 63%, obtenido en las elecciones presidenciales del 2006, a más o menos la mitad del electorado, en el marco de un descarado ventajismo gubernamental, que incluye la amenaza a funcionarios públicos, medios de comunicación y ciudadanos, utilización masiva de recursos públicos, voto asistido ilegal y votos dobles y falsos. Sin embargo, a pesar de todo esto, el logro de la Unidad ha sido una hazaña impresionante frente a un petroestado que ha tenido petróleo a precios altos durante más de una década. El poder del régimen se asentó básicamente sobre el carisma del "jefe supremo", una chequera petrolera abundante y sostenida y la carencia de una alternativa democrática creíble. El carisma desapareció, la chequera está disminuida y la Unidad ya es una alternativa creíble.
El militarismo es una degeneración hipertrófica de la profesión militar, que tiende a convertirse en una usurpación, por parte del estamento militar, del poder de autodeterminación del pueblo, al utilizar ilegítimamente la fuerza de las armas que el mismo pueblo le otorga en custodia. En las democracias avanzadas y "civilizadas", en todos los sentidos de la palabra, las instituciones políticas son fuertes y las fuerzas armadas son profesionales, apolíticas, obedientes y no deliberantes. En cambio, el militarismo es cada vez más una característica
Las recientes elecciones municipales en Venezuela se caracterizaron por un enorme y descarado ventajismo del gobierno, que utilizó ilegalmente todos los recursos del Estado, la amenaza y la intimidación de los empleados públicos y de los residuales medios de comunicación independientes.
El diálogo de paz entre el gobierno del presidente Santos y las FARC es un proceso obviamente complejo. Las negociaciones, en los años 90 del siglo pasado, entre los gobiernos de El Salvador y de Guatemala con las guerrillas del FMLN y de la URNG, respectivamente, duraron varios años. Como embajador de Venezuela en Guatemala, desde fines de 1990 hasta inicios de 1997, y dado que Venezuela formó parte del Grupo de Amigos del proceso de paz guatemalteco, participé en las negociaciones en ese país.
Si la integración latinoamericana fuese directamente proporcional al número de organizaciones de integración que se han creado en la región, América Latina debería ser el continente más integrado del orbe. La "sopa de letras" es tan larga que la mitad de esta nota se iría en solo mencionarlas. Efectivamente, la Comunidad de Estados de América Latina y del Caribe (Celac), que se fundó recientemente en la Cumbre de Caracas, es la última de estas iniciativas. La Celac subsume y recoge el patrimonio de estas cumbres y del Grupo de Río
En una verdadera democracia no basta que los gobernantes sean seleccionados a través del sufragio universal, directo y secreto, en elecciones limpias y periódicas, en las cuales los candidatos compiten libremente por el voto.
Mientras tenía el apoyo popular mayoritario, que se explica sintéticamente con la fórmula: carisma+petróleo+ventajismo, Chávez trató de ocultar su vocación totalitaria, manteniendo, cada vez más solo en las apariencias, las formas de la democracia y del estado de Derecho. Con la creciente pérdida de su popularidad, que, también en aras de la brevedad, podría sintetizarse con la ecuación: ineficiencia+corrupción+ideología fracasada, Chávez se está desprendiendo aceleradamente de su camuflaje democrático y muestra claramente el objetivo de implantar en Venezuela una dictadura neocomunista.
En el conocido debate sobre la mayor o menor relevancia de los "Grandes Hombres" en la Historia, existen, simplificando un poco, dos posiciones extremas: la primera, de evidente raigambre historicista, acentúa las estructuras, los grupos colectivos y, en general, las fuerzas profundas e impersonales de la Historia; la segunda, individualista, pone el énfasis sobre la acción individual de los líderes, en el acontecer histórico.