El 8 de marzo de 2017, la sociedad guatemalteca observó espantada un incendio en el centro de protección de la niñez denominado Hogar Seguro Virgen de la Asunción. En ese establecimiento de la Secretaría de Bienestar Social, con capacidad para atender a 300 personas, al momento del suceso estaban hacinados más de 700 niños y niñas, víctimas de maltrato y/o explotación. Los resultados fueron 41 niñas de entre 11 y 17 años muertas por asfixia y quemaduras —forma horrenda de morir—; 15 con lesiones graves, dos de las cuales fueron sometidas a amputaciones, para salvar sus vidas.