VÍCTOR M. RUANO P.
NOTAS DE VÍCTOR M. RUANO P.
Las comunidades cristianas, el Miércoles de Ceniza iniciaron su caminata cuaresmal que les llevará a la Pascua del Señor, cuya celebración se prolongará por 50 días, hasta concluir en Pentecostés.
El Papa Francisco convocó a la Iglesia a celebrar el Año de la Vida Consagrada, que comenzó el pasado 30 de noviembre, y concluirá el 2 de febrero del 2016. Durante este período los religiosos y religiosas no solamente tendrán "una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia qué construir", les dijo el Papa, en una carta, al mismo tiempo que les invitó a "poner los ojos en el futuro, hacia donde el Espíritu los impulsa para seguir haciendo con ellos y ellas grandes cosas". Los objetivos de esta iniciativa son: "Mirar al pasado con gratitud", para mantener viva la propia identidad; "vivir el presente con pasión", asumiendo el Evangelio en plenitud y con espíritu de comunión; "abrazar el futuro con esperanza", sin dejarse desalentar por las tantas dificultades y desafíos que afrontan.
En esta Navidad, que ya llegó, la profecía de Isaías: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande" (Is 9,1), parece tener su cumplimiento en la situación actual de los pueblos que integran la nación guatemalteca. Estas palabras expresan la realidad de lo que somos: un pueblo en camino por la nobleza y el espíritu laborioso de su gente, y por la firmeza de su fe; esa es su luz. Pero también, un pueblo secuestrado por la vorágine del crimen organizado, la corrupción de sus gobernantes y las élites que únicamente velan por sus intereses particulares, eludiendo su responsabilidad histórica; éstas son sus tinieblas.
"Colis" como llaman también a este pujante y bello municipio de Jalapa, de 50 mil habitantes, está de pie para defender su territorio y la riqueza de sus recursos naturales. Su gente es noble y muy amable, trabajadora y honesta. "Somos gente de paz y amamos la vida" han dicho con orgullo mientras el Gobierno de los patriotas, al igual que los anteriores lo hicieron con otras comunidades del país, mancilló su dignidad acudiendo a la mentira, a la violencia y a la represión con el afán de defender los intereses de los mineros y los negocios de quienes financian las campañas a la mediocre y corrupta clase política que dirige el país.
La Conferencia Episcopal de Guatemala, en su último mensaje del pasado octubre, convocó "a participar con entusiasmo" en el cuarto Congreso Misionero Guatemalteco, que concluye hoy y fue celebrado en la ciudad de Chimaltenango, bajo el lema "Fijos los ojos en Jesús", con el fin de impulsar en los católicos la disponibilidad de "recibir y llevar la alegre noticia del Evangelio a toda persona, especialmente a la familia".
Esta semana se cumplió el primer aniversario del asesinato de la señora Everilda Carías de Ruano, 62 años, y la niña Kimberly, 5 años, madre y sobrina, respectivamente, del presbítero Raúl Ruano, párroco de Santa Catarina Mita, Jutiapa, y representante de la región de Centroamérica y México de la Pastoral Juvenil Latinoamericana en el Consejo Episcopal Latinoamericano. Precisamente cuando se celebraba la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, con la presencia del Papa Francisco, y mientras el P. Raúl lideraba la delegación guatemalteca, participando de aquel gran evento eclesial, recibe la infausta noticia. Con grandes esfuerzos y el corazón hecho trizas logró llegar a tiempo para presidir la Misa Exequial, acompañado del obispo de la Diócesis, de numerosos sacerdotes y miles de feligreses, que no salían del asombro y de la tristeza ante tan horrenda tragedia.
Un pedazo de tela del hábito con la sangre del santo. La Diócesis de Escuintla, por medio de su obispo, Víctor H. Palma P., colaborador de esta misma columna, ha ofrecido a la parroquia San Cristóbal, Jutiapa, una reliquia de San Juan Pablo II, para la veneración de los feligreses durante la última semana de mayo. Ella consiste en un pedazo de tela del hábito con sangre, de aquel 13 de mayo de 1981, cuando sufrió el atentado por el ciudadano turco Mehmet Alí Agca, en la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano.
Inspirados en el Mensaje del Papa Francisco para Cuaresma, descubrimos tres grandes miserias en nuestro país: la material, la moral y la espiritual, que deberían interpelarnos para vivir un cristianismo que no se agota en el recuerdo de hermosas tradiciones religiosas, sino que va buscando la autenticidad y coherencia en la situación tan dura y difícil que vivimos.
Los presbíteros de Jutiapa, en comunión con el obispo Julio Cabrera Ovalle, expresaron a través de los medios de comunicación su preocupación por la violencia que azota al departamento desde hace mucho tiempo, sin que hasta ahora se perciba un cambio significativo. Particularmente han denunciado el sesgado proceso de investigación que lleva a cabo el Ministerio Público, sede Jutiapa, para esclarecer los horrendos crímenes de la mamá del P. Raúl Ruano y su sobrina Kimberly, acontecidos hace más de cinco meses.
Hoy, que la Iglesia celebra la fiesta de la familia de Jesús, José y María, es ocasión para tomar conciencia de que los hombres y mujeres constructores de paz reciben los principales fundamentos para esta importante tarea en la primera escuela para la vida, que es el hogar. No olvidemos que la reserva moral de cualquier sociedad está en la familia y cuando una sociedad está en crisis, como la guatemalteca, ella es su salvaguarda. El Estado guatemalteco ha fracasado en ofrecer a sus ciudadanos una "paz firme y duradera".