Viviana Ruiz
NOTAS DE Viviana Ruiz
Ambientalistas coinciden en que los alcances del ministerio son limitados para incidir en el origen de los problemas.
Los pueblos mesoamericanos, con su pluralidad de lenguas, tecnología, escritura, formas de organización social y visión propia del mundo, son por demás interesantes y por eso seguir aprendiendo de ellos se ha convertido en una verdadera pasión.
Así es este país, sin ingredientes artificiales, donde se pueden practicar deportes extremos y descubrir su vasta biodiversidad.
Los llamados takamäles por los cakchiqueles son los más humildes y universales de la cocina nacional. La receta precolombina fue modificada con matices peninsulares durante la Colonia, explica el investigador Luis Villar Anleu. Los chuchitos representan el sincretismo característico de los países hispanoamericanos.
Aunque muchas personas no ven diferencia entre estos dos recados, que dicho sea de paso se preparan de la misma manera, para otras sí la hay. La fundamental disparidad es que el revolcado se prepara con cabeza y vísceras de cerdo, mientras que la chanfaina únicamente lleva los menudos de este animal. Estos platillos, según el investigador Luis Villar Anleu, surgieron durante la Colonia, como parte del sincretismo español e indígena, aunque los ingredientes americanos fueron pocos: chile, maíz, achiote y tomate. Los productos hispanomoriscos son su base, y el cerdo es la estrella gastronómica.Hoy en día ambos se cocinan en todo el país, pero tienen sus raíces en la otrora Santiago de Guatemala.
Tiene gran arraigo y mucho simbolismo en el país. El caldo de gallina es un elemento propio en fiestas familiares. En algunos pueblos es parte del protocolo de la pedida de novia. "A veces se sacraliza, cuando se asocia a rituales espirituales, ya sea en el seno de las cofradías o cuando la costumbre lo fija al almuerzo de Navidad o Año Nuevo", asegura el investigador Luis Villar Anleu.
