Yesid Barrera Santos
NOTAS DE Yesid Barrera Santos
Lo que se viene aprendiendo es que sería mucho más efectivo permitir que una persona comunique su verdadera personalidad
en la convivencia y no solo en la teoría.
Despertar y observar lo que ocurre alrededor nos facilita tomar una muestra de la indiferencia que vivimos; eventos tan sencillos como subir a un elevador, sin miradas ni saludos, un accidente en la calle, donde se mira pero no se atiende, corrupción como parte del día a día, con dudas si participamos o no, personas sin consumir alimentos a los cuales solo llamamos pobres, seres humanos con apellido de desplazados, a los que simplemente alcanzamos en las noticias.
Nos preguntamos si venimos prediseñados o podemos reformularnos, algunos lo simplifican diciendo “si somos o nos hacemos”. Pertenezco al grupo que cree en la combinación de los dos aspectos, lo cual podemos argumentar con el conocimiento cada vez más accesible y comprobable.
En nuestras organizaciones es muy común que hablemos de competencias, y vale la pena aclarar que no es la disputa de espacios que buscan cierto tipo de poder entre los colegas, hemos confundido el término, al hablar de competencias nos referimos a los conocimientos, capacidades, habilidades y destrezas que esperamos de nuestros ejecutivos y colaboradores en general, requisitos indispensables para el logro de los objetivos estratégicos.
Los seres humanos buscamos la sabiduría que nos permita llegar a encontrar ese momento de relación sana entre el ser y el mundo que le rodea, en el caso de los ejecutivos, la relación como líder y su entorno organizacional. Parece ser que no hemos avanzado como debería, si es que efectivamente somos seres pensantes y evolucionados, pues los puntos de quiebre son varios.
La empresa moderna se viene caracterizando porque todos sus colaboradores son vendedores, desde el presidente hasta la persona de menor rango, no por ello menos importante, se convierten en vendedores de servicios y productos. La recepción deja de ser una contestadora automática para convertirse en la primera promotora de ventas y un mensajero no solo entrega cartas o correspondencia, es en esencia, un vendedor de imagen.
Nuestra promesa está cumplida. La próxima semana estará en librerías el material sobre cambio de hábitos, su nombre: Atrévete, el poder de cambiar un hábito, y vaticino el servicio que prestará. Soy un convencido de lo que un hábito desarrollador ocasiona en la vida de cualquier ser humano.
Esta semana hice una llamada a un cliente que solicitó un servicio, y establecí contacto en el Departamento de Recursos Humanos con una ejecutiva de la compañía, que se identificó como Mónica y, con una expresión verbal molesta, me dio a entender que mi llamada era imprudente, y con un decibel alto me indicó que estaba equivocado.
Un concepto de vida que se nos vende muchas veces está amparado en un sinnúmero de "ques". Qué comer, leer, estudiar, qué deporte practicar, y hasta qué tipo de persona amar; entre otras, y ejecutamos actividades que a veces no logramos comprender el por qué de las mismas, esta nuestra reflexión de hoy.
Responsabilidad, del latín responsum, un valor que está en la conciencia de la persona, asociado a la forma como se administra la vida. Descompongo la palabra para darle un significado relacionado con el debate personal de cómo continuar con bienestar una vez finalizadas las vacaciones. Por ello mi énfasis en el sable, instrumento parecido a la espada, pero afilada en un solo lado y pensada para cortar y establecer velocidad en el combate, con una curvatura desde la punta hasta el centro.