ESG en la cadena de suministro: cómo las empresas están auditando a sus proveedores

Aplicar los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) es importante tanto por la buena reputación como por aspectos asociados: minimizar riesgos, operaciones resilientes, ética, transparencia, buenas prácticas y atracción de inversores, entre otros.

Frases como la del escritor japonés Ryunosuke Satoro: “Individualmente, somos una gota. Juntos, somos el mar”, ejemplifican muy bien la importancia de trabajar con proveedores conscientes y alineados a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

Algunos ejemplos de buenos resultados al aplicar estos criterios en la cadena de suministro son el de las tiendas españolas Mercadona. En 2024, realizaron compras por millones de euros a proveedores de Aragón para fortalecer la economía local y garantizar productos frescos a sus clientes. Más conocido en el continente americano es el caso de Starbucks y su programa C.A.F.E. Practices, que garantiza un producto originario de fincas donde se promueven prácticas agrícolas sostenibles y mejores condiciones de vida para los agricultores.

En ambos casos, la gestión de riesgos y la reputación se han visto mejoradas gracias a la correcta elección de proveedores y su auditoría como parte de la eficiencia en la cadena de suministro.

Beneficios de aplicar los criterios ESG en la cadena de suministro

  • Gestión de riesgo: permite identificar y mitigar riesgos como impactos ambientales, violaciones a derechos humanos o prácticas corruptas. Esto, tarde o temprano, puede afectar la reputación, perdiendo la confianza de inversores y  consumidores, así como las operaciones de la empresa al verse impactadas por sanciones legales.  De acuerdo con la firma global de auditoría KPMG, los riesgos más comunes asociados a proveedores que no cumplen con los criterios ESG pueden clasificarse en ambientales (desastres ecológicos por vertidos tóxicos o deforestación), violaciones a los derechos humanos (trabajo infantil, condiciones laborales precarias o sanciones legales) y prácticas corruptas (fraudes, sobornos y otras).
  • Resiliencia operativa: las situaciones difíciles pueden llegar en cualquier momento, ejemplo de ello es la pandemia del covid-19. Sin embargo, “las empresas con proveedores que adoptan prácticas sostenibles han demostrado mayor capacidad para enfrentar crisis al contar con cadenas de suministro más robustas y adaptables”, se indica en una publicación de Ecovadis, proveedor global de calificaciones de sostenibilidad empresarial.
  • Cumplimiento normativo: contar con proveedores que cumplen estrictamente con normas acordes a los criterios ESG reduce varios riesgos como multas, litigios o sanciones derivadas de incumplimientos regulatorios. Por otra parte, los consumidores y grandes empresas demandan cada vez más proveedores con prácticas sostenibles, lo que resulta clave para abrirse oportunidades comerciales. En este sentido, algunas certificaciones importantes para la auditoría de proveedores son: ISO 14001, en temas ambientales; ISO 45001, en seguridad laboral; Comercio Justo o B Corp; ISO 27701, para la gestión de la privacidad de la información, entre otras específicas por sector.
  • Valor reputacional y atractivo para inversores: se trata de algo mucho más profundo que tener “buena imagen”, garantiza las buenas prácticas y reduce riesgos financieros, legales, operativos, mejora la captación de talento, socios estratégicos e inversionistas para relaciones comerciales a largo plazo. 

Por lo tanto, el valor reputacional es un activo clave que influye directamente en la percepción pública de una empresa, transmitiendo confianza, estabilidad y sostenibilidad. 

La selección de proveedores conscientes de cumplir con los criterios ESG y la importancia de las auditorías en estos aspectos, protege y potencia el valor reputacional y mejora la posición de una empresa en el mercado.

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