Iniciativas como el Programa de Donación de Alimentos de Arca de Noé son un verdadero acto de amor que transforma vidas, tanto de los animales rescatados como de las personas que los adoptan.

Gabriela Mejía, representante del Programa de Donación de Alimentos de Arca de Noé, explica que muchos de los animales que llegan a los albergues son encontrados en condiciones críticas, con desnutrición o enfermedades derivadas del abandono y el maltrato. “Es fundamental proporcionarles una dieta balanceada que mejore no solo su salud física, sino también su estado emocional”, afirma.

El programa de Arca de Noé funciona gracias a las donaciones de los clientes. Por cada libra de alimento donada, la empresa duplica el aporte, logrando un impacto significativo. “Con esta iniciativa no solo aliviamos la carga económica de los albergues, sino que garantizamos una nutrición adecuada para los animalitos que aún no tienen un hogar”, comenta Mejía.

Uno de los casos más emblemáticos es el rescate de gatitos en situación de calle. Según Mejía, en lo que va de este año, Arca de Noé ha dado en adopción a 736 gatos, muchos de ellos encontrados en drenajes o abandonados por sus madres. Estos pequeños reciben atención médica y vacunas, y luego son entregados a familias responsables que les brindan un nuevo comienzo.

Yolanda Hapa, encargada del refugio Patitas Alegres, uno de los beneficiarios del programa, destaca la importancia de este tipo de apoyo. “El primer reto para un albergue es el alimento. Después vienen las vacunas, las consultas veterinarias y los medicamentos. Gracias a empresas como Arca de Noé podemos asegurar comida de calidad para
más de 300 criaturas que tenemos a nuestro cuidado”, señala.

Adoptar una mascota no solo cambia la vida del animal, también transforma a las familias. Hapa explica que los perros y gatos ayudan a reducir el estrés, aportan alegría y fomentan la responsabilidad en los hogares. Además, cada adopción abre un espacio para rescatar a otro animal en situación de calle.

El mensaje es claro: adoptar es un acto de amor y responsabilidad social. No solo se le da un hogar a un animal, se le da una segunda oportunidad de vida, coinciden las entrevistadas.

Noé dice...

Recuerda que cada adopción que realiza un refugio libera un espacio para un animal en situación de calle, mejorando la vida de más de una mascota.