Alba Luz Sánchez, quien fue maestra de Diego, lo recuerda porque era muy tranquilo, obediente y estudioso, e insistente para jugar futbol.
“Eran dos motores importantes en mi vida y ya no están. No hay nada ni nadie que pueda llenar este vacío”, exclama entre el llanto Nicolás Sam Sacalxot, padre de los niños, en una de las conmovedoras escenas observadas ayer en el velatorio de las víctimas del accidente, que también dejó 21 heridos y cuantiosas pérdidas materiales.
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“Fueron niños maravillosos, cariñosos, que me hacían sentir importante; me decían papito, papito te amo, papito te quiero y que te vaya bien en tu trabajo. Ese cariño no se compra con nada del mundo, definitivamente tengo un gran vacío”, lamentó Sam, originario de San Marcos.
Los niños estudiaban en la Escuela Oficial Rural Mixta Número 842 Pedro Barahona, en Ciudad Satélite, donde desde hace 13 años imparte primer grado Flor de María Navarro, 45, madre de los pequeños y quien sufrió fractura en la pierna derecha en el accidente.
“La muerte se llevó la alegría de la casa. Gaby era una patoja bien alegre y molestona. Una excelente hija que tenía mucho amor por los niños”,
El día del percance, Navarro y sus hijos viajaban en un microbús que cubre la ruta entre Ciudad Satélite y la zona 1 de Mixco, pero fueron embestidos por el tráiler. En esa unidad de transporte también viajaba una maestra de ese establecimiento, Ana Gabriela Castillo Higueros, quien pereció en el lugar.
Era una excelente hija
“La muerte se llevó la alegría de la casa. Gaby era una patoja bien alegre y molestona. Una excelente hija que tenía mucho amor por los niños”, refirió su padre Luis Antonio Castillo. Ella impartía cuarto, quinto y sexto grados; este año se preparaba para graduarse de abogada.
El momento más emotivo para la familia Castillo Higueros fue cuando llegó a dar el pésame José Peralta, un niño con discapacidad auditiva que era alumno de Gaby. Ella apoyaba en la enseñanza a niños con capacidades diferentes en Fundal y aprendió el lenguaje de señas en solo dos meses.
Otra de las víctimas del accidente es David Ramírez Ortiz, 57, quien era agente de seguridad. Su viuda, María Teresa Véliz de Ramírez, junto a sus dos hijos, lloran la partida del único sostén de la familia y exigen un resarcimiento.
El día del percance, Véliz, quien es diabética, fue operada del ojo derecho. Cinco horas después del accidente se le informó de la muerte de su esposo. “Estaba esperando en el hospital a que llegara a verme, pero no lo hizo”, contó.
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El Instituto Nacional de Ciencias Forenses hizo oficiales los nombres de otras víctimas: María Reyna Fuentes López, Gonzala Hernández Hernández y el artista plástico Víctor Hugo Valenzuela, 65.
Se respira tristeza
En la Escuela Pedro Barahona, que se encuentra a unos seis kilómetros del lugar donde se registró la tragedia, se respira tristeza y dolor por la partida de los dos estudiantes y la maestra.
Karla Videz y Margaret Hernández, estudiantes de cuarto y quinto grados, respectivamente, con un ramo de flores en mano se postraron frente a la entrada principal del plantel para mostrar su solidaridad con las familias.
“Estamos tristes. Conocemos a los estudiantes que murieron. La seño Gaby era nuestra maestra”, expresaron las pequeñas.
Un grupo de personas que pidieron no ser nombradas lamentaron que debido a la imprudencia de un conductor se perdiera la vida de personas valiosas.
Este sábado en horas de la mañana, estudiantes y maestros del mencionado centro educativo les rindieron un homenaje póstumo a las tres víctimas del accidente.
Lugar peligroso
Vecinos y dueños de negocios próximos al área del accidente contaron la angustia que vivieron y consideran como zona de mucho peligro el viaducto hacia San Cristóbal, por la imprudencia de algunos conductores.
“Se escuchó un trueno y se escuchaban los gritos de las personas. Traté de ayudar porque uno de los vehículos vino a caer en la entrada del negocio”, narró Salomé Valdez, agente de seguridad de un predio.
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Valdez refirió que el lugar se ha vuelto peligroso y que la recomendación de los dueños del negocio es que deben estar alerta.
“Solo escuché ruido y cuando salí del taller había una nube de polvo y el fuerte olor a combustible era insoportable. Me impresionó ver el montón de carros amontonados”, dijo Julio Álvarez, trabajador de un taller de mecánica.
Óscar Elías, dueño de un local en el sector, comentó que desde que se construyó el puente el área se ha vuelto más peligrosa, pues opina que hace falta señalización y reguladores de velocidad. Agregó que la alta velocidad es usual en el transporte pesado.
A prisión preventiva
Patricio Rodríguez, conductor del tráiler que ocasionó el mortal accidente, fue ligado a proceso por homicidio doloso, ya que la jueza consideró que pudo haber maniobrado para evitar la tragedia, según lo refirió el abogado defensor Juan Carlos Morales. Rodríguez fue enviado al Centro Preventivo de la zona 18 y su audiencia de primera declaración se programó para agosto.
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