Alta Verapaz

Chaipec, la comunidad q’eqchi’ que se mueve al ritmo de una sinfónica

Cuarenta estudiantes de Chaipec, San Pedro Carchá, junto a su director, cargan los instrumentos musicales y caminan tres kilómetros para llegar al gimnasio municipal, en donde aprenden a ejecutarlos; su sueño es formar la primera sinfónica escolar q’eqchi’ en Alta Verapaz.

Jóvenes que aprenden a ejecutar instrumentos de viento practican en un espacio abierto afuera del gimnasio municipal de San Pedro Carchá. (Foto Prensa Libre: Eduardo Sam).

Jóvenes que aprenden a ejecutar instrumentos de viento practican en un espacio abierto afuera del gimnasio municipal de San Pedro Carchá. (Foto Prensa Libre: Eduardo Sam).

William Mazariegos, director de la escuela y actual director general de la orquesta, indicó que la idea surgió en el 2014, cuando iniciaron una banda musical con el apoyo de los padres de familia. En ese entonces vendieron latas para comprar cada instrumento y al ver la respuesta de los niños, comenzó el sueño de la orquesta sinfónica.


“Los niños caminan desde la escuela cargando los instrumentos, pasando por veredas hasta llegar al camino principal, siempre nos acompaña un padre de familia del consejo escolar, lo hacemos los lunes, miércoles y viernes, quisiéramos asistir todos los días pero el traslado es difícil”, explicó el director, quien indicó que se preparan porque pretenden celebrar su primer recital junto a la orquesta de la Municipalidad de Carchá, el 20 de julio, y para diciembre habría un repertorio de la orquesta sinfónica de la escuela.

Perseverancia

En un mueble de madera, que está en el único lugar de la escuela construido con bloc, guardan los instrumentos donados por la organización española Asociación Coni y, con la motivación al máximo, los niños practican tres horas, para ello caminan kilómetro y medio, ida y vuelta, tres veces a la semana.

“Esta es la parte más importante, el aprendizaje de la orquesta. La mayoría de los niños son de escasos recursos, pero están dando su tiempo porque les gusta la música, ya llevamos más de cuatro meses y vemos el avance que están teniendo, se han adaptado bastante con el aprendizaje, practicando por la mañana y recibiendo clases por la tarde”, indicó el director musical.

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Mazariegos está consciente de que la música, en especial en conjunto, necesita de mucha práctica. “Es necesaria la dedicación, los niños aparte de practicar tres horas en la escuela de música de Carchá repasan en horas de receso en la escuela, también le dedican tiempo en casa, son varias horas al día que le dedican a repasar las notas musicales”, comentó el director.

En el gimnasio, los 40 estudiantes a la Escuela de Música de Carchá se dividen según el instrumento que ejecutan, ya que existe un profesor con especialidad en viento y metal, cuerda, chelos o percusión. “Los padres de familia nos apoyan con el traslado y porque saben que a través de la música hay menos delincuencia en nuestra sociedad”, indicó el profesor.

La estudiante Preciosa Cuz Coc ejecuta el chelo. Vio el instrumento en la televisión y desde entonces quiso aprender a ejecutarlo. “Eso me inspira. Ya aprendí algunas melodías. Me gusta ensayar, es cansado porque traemos los instrumentos hasta el gimnasio y pesan, nos gustaría venirnos en bus para no estar tan cansados, pero igual venimos con ánimo de aprender”, manifestó.

Cinthia Aracely Tiul Cucul ejecuta el violín. Desde pequeña le llamó la atención aprender a tocar ese instrumento y participar en algún concierto. “Es difícil aprender a tocar melodías, pero practicamos mucho para ir aprendiendo. Mis papás están felices de que formemos parte de la orquesta y están a la espera de escucharnos a todos juntos”, indicó.

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Junior Yahir Caal Caal, de 12 años, manifestó que luego de observar varias fotografías de un chelo y verlo en la escuela le llamó la atención. “Cuando uno inicia a tocarlo es difícil, pero uno se va acostumbrando y se vuelve práctico. Es un poco difícil coordinarnos en grupo, pero vamos poco a poco, ahora estamos aprendiendo la melodía de Estrellita. Cuando sea grande quiero seguir tocando chelo y enseñar a niños de mi comunidad que deseen aprender a tocarlo”, manifestó.

Apoyo es fundamental 

El apoyo de los padres de familia es fundamental. Un integrante del consejo escolar los acompaña para verificar el proceso de aprendizaje. Rutilia Paau estuvo con ellos recientemente y expresó que el resto de padres están emocionados porque los niños aprendan música.

“Veo a los niños que aprenden bastante y les va bien. Estamos emocionados porque es el primer año que la escuela se presentó como parte de la orquesta en el desfile de feria, el pasado 23 de junio. Ahora la comunidad es diferente porque escuchamos música en las casas. Antes era todo silencioso, ahora vemos que con este proyecto la comunidad tiene más ánimo y ritmo”, agregó.

Paau ha visto cambios en los niños, quienes son más responsables. “Dedican bastante tiempo para mejorar cada día en la música, tienen paciencia y se esfuerzan por aprender, es bueno para la vida de ellos”.

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Los encargados de enseñarle a los niños admiran a los pequeños. Ever Luis Max Xol, tallerista de violín, comentó: “Es bonito trabajar con personas de la comunidad porque a pesar de ser del área rural ellos se adaptan y aprenden bastante rápido, es un poco distanciado desde donde vienen porque caminan como 20 o 30 minutos para estar en las clases”.

“De la diversidad de instrumentos que existen, el violín es de los más difíciles de ejecutar, en la música lo que se requiere es mucha disciplina, esto incluso les ayuda bastante en las materias que les imparten en la escuela”, explicó Max Xol, quien dijo que tiene a su cargo a 13 violinistas de la comunidad.

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