David de León, portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres Conred, señaló que han identificado áreas de las zonas 1, 9 y 10 como las más propensas a la caída de árboles, por lo que hace un llamado a los vecinos para que permanezcan en alerta ante cualquier eventualidad.
Añadió que lo más recomendable es cortar las ramas que representen un peligro y que se coordine con las autoridades municipales para que evalúen las acciones a tomar.
“Las municipalidades deben analizar cuáles son los mecanismos más convenientes para cada sector. En algunos casos es recomendable talar los árboles”, comentó.
La ruta a Chinautla también presenta complicaciones, pues en todo el trayecto hay árboles de gran tamaño que pueden caer en cualquier momento.
El lunes último, en el sector Monte de Sión, colonia El Paraíso, ruta a Chinautla, los moradores de una vivienda se salvaron de morir luego que 10 cipreses fueran derribados por el viento. Las pérdidas por ese incidente son incalculables, pues gran parte del inmueble quedó dañado.
Ramón Sajvín, dijo que los árboles cayeron porque son muy antiguos y las raíces se ha debilitado, por lo que espera que las autoridades le den seguimiento.
Señaló que varios árboles aún podrían caer y causar una tragedia.
De acuerdo con las autoridades, ese problema se generaliza en todo el país, sin embargo; sectores de la Costa Sur y del occidente es donde con más frecuencia se registran caídas de árboles, incluso de más de 15 metros de alto.
En la cabecera de Chimaltenango, por ejemplo, en el sector de La Alameda, los vecinos se alarman cada vez que llueve, pues las raíces de decenas de cipreses se han debilitado y los árboles ceden con facilidad.
En ese sector, durante cada invierno se registran daños en cables del tendido eléctrico, viviendas y vehículos.
En la ruta al suroccidente, principalmente en sectores de Coatepeque, Quetzaltenango, también hay varios árboles antiguos que constituye un peligro. Cada año, en esa área se registran varios incidentes a causa de ese problema. En algunos casos el paso queda interrumpido durante varias horas.
El miércoles último las autoridades reportaron la caída de varios árboles en el km 258 de la al Atlántico, en Puerto Barrios, Izabal, el tránsito en el lugar fue complicado, según los reportes oficiales. Los árboles fueron derribados por el fuerte viento que azotó la zona.
URGENTE: #Clima: Fuerte viento derribó varios árboles en km 258 ruta al Atlántico. No hay paso a Puerto Barrios, Izabal. F:Francisco Bonilla pic.twitter.com/uAOoKplgTp
— PNC Tránsito (@DTransitoPNC) June 7, 2017
Los más antiguos
Muchos de los árboles antiguos de la ciudad de Guatemala son considerados históricos, pues estos fueron plantados por orden de personalidades de renombre. Por esa razón muchas personas y organizaciones hacen un llamado a las autoridades para conservarlos en buenas condiciones.
El Cementerio General alberga araucarias y palmeras que fueron plantadas en 1895, por orden del entonces presidente José María Reyna Barrios.
En el parque de San Pedrito, zona 5, se encuentra una de las tres ceibas plantadas en 1778, según el historiador Aníbal Chajón.
“Solo una está todavía viva, una fue quitada hace unos seis años, estaba en Ciudad Vieja, y la otra la cortaron a mediados del siglo 20, en Jocotenango”, señaló Chajón, quien aseguró que en la Plaza de los Mártires de la Universidad de San Carlos, existe una ceiba, pero no se tiene documentación de su existencia.
La avenida la Reforma se embellece con decenas de árboles, que han sido cambiados en tres etapas, pero brindan un hermoso paisaje en su recorrido.
“En 1896 se plantaron los primeros, de los cuales ya no queda ninguno. Hubo otra plantación en 1924, y la última fue en 1994”, agregó Chajón.
Para el historiador hay muchos árboles con varios siglos de existencia, pero no existen documentos que lo comprueben, como en la avenida Las Américas y en el centro arqueológico Kaminal Juyú.
En la avenida La Independencia, zona 2, aún pueden observarse árboles plantados en la década de 1960, mientras que en el Hipódromo del Norte existen algunos de 1920, como en el bosque del Hormigo.
Con información de Eduardo González