La vendedora Margarita López, quien se dirigía a vender pollo a Salamá tuvo que caminar unos dos kilómetros para abordar un autobús y continuar su viaje.
“Este tipo de acciones de los maestros solo perjudica a los estudiantes y a las personas pobres y no al gobierno como ellos creen”, añadió.
“Si los maestros no quieren dar clases que le den oportunidad a otras personas que en realidad tienen necesidad y quieren trabajar”, dijo Juan Escobar, transportista.
Mala imagen
Una turista comentó: “Esta situación solo deja una mala imagen al país. Junto a mi familia vine a visitar Guatemala, pero lamentablemente el bloqueo no nos permitió llegar a nuestro destino”.
Varios pilotos indicaron que ya están cansados de este tipo de abusos por parte de los maestros y esperan que la policía realmente tome su papel de velar por el derecho a la libre locomoción.
“Nosotros también somos trabajadores y necesitamos llegar a nuestros lugares de trabajo. Los maestros deben buscar otras medidas sin perjudicar a los demás, especialmente a las personas pobres”, manifestó Pedro Caal, piloto.
Delegados de la Procuraduría de Derechos Humanos y autoridades de la Policía Nacional Civil llegaron al lugar y lamentaron la situación pese a que existe una orden judicial que al magisterio hacer este tipo de acciones.