Durante esta semana, los donantes llevan en sus vehículos juguetes y golosinas y se estacionan en algún punto entre los kilómetros 70 y 170, para entregar los regalos a niños pobres que permanecen por varias horas a lo largo de este tramo de la ruta.
Juan Pablo Poz Cuc, párroco de la concatedral de Santa Ana en Chimaltenango, felicitó a las familias y asociaciones que recorren la ruta para brindar regalos a los más desprotegidos, aunque indicó que estas entregas deberían de ser mejor organizadas ya que considera que algunos niños consiguen varios regalos y otros no reciben ninguno.
Pidió también a los conductores que se estacionen en tramos seguros para entregar los regalos, y que no los arrojen como si fueran basura.
Mynor Marroquín, pastor de la iglesia evangélica Galilea, de Tecpán Guatemala, expuso que comparte la bondad de aquellas personas que se acercan a darles un presente a los menores de la ruta, pero está en desacuerdo cuando la población les arroja los presentes y monedas, ya que pareciera una demostración de marcar las diferencias sociales de quién tiene recursos y quién no tiene nada.