Chimaltenango

Decae venta en ladrilleras de El Tejar

Durante décadas, gran cantidad de familias de El Tejar, Chimaltenango, han dependido económicamente de la fabricación artesanal de tejas y ladrillos de barro; sin embargo, en los últimos años han experimentado dificultades para comercializar sus productos, debido a la industrialización, falta de visión empresarial y desinterés por parte de las nuevas generaciones.

Enrique Sequén durante el proceso de producción de tejas, en El Tejar, Chimaltenango. (Foto Prensa Libre: César Pérez)

Enrique Sequén durante el proceso de producción de tejas, en El Tejar, Chimaltenango. (Foto Prensa Libre: César Pérez)

De acuerdo con algunos de los pocos artesanos que hay en el pueblo, desde hace 12 años comenzaron a experimentar bajas en la ventas, por el surgimiento de fábricas industrializadas.

Enrique Sequén, ladrillero desde hace 48 años, dijo que la desaparición de las fábricas artesanales se debe a la falta de visión empresarial por parte de los ladrilleros, pues muchos de ellos venden sus productos a intermediarios.

“Desafortunadamente la mayoría de artesanos no logró adquirir los conocimientos para manejar sus recursos, y por eso se conforman con entregar sus productos a intermediarios”, añadió Sequén.

Ante la decadencia de las ventas, algunos artesanos piensan cerrar sus fábricas, tal es el caso de Eduardo Tubac, quien durante los últimos 25 años se ha dedicado a esa actividad, pero que espera vender las últimas piezas con que cuenta para ponerle fin a una tradición familiar.

Osman Torres, quien se dedicó a la fabricación de ladrillo, teja, fachaleta, tinaja, coronas, cuadrados, baldosa y marcas, comentó que debido a la escasez de clientes ahora trabaja en la reventa de esos productos.

Los artesanos lamentan que una actividad que fue pujante en el pueblo corra el riesgo de desaparecer.

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